Mostrando entradas con la etiqueta Las Voces del Bicentenario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Las Voces del Bicentenario. Mostrar todas las entradas

martes, 18 de mayo de 2010

Un Reality Show, ¿Cultural?

Bueno, creo yo que sobra el adjetivo, cuando a fin de cuentas Ópera Prima, de Canal 22 es lo mismo: un programa de realidad manipulada en el que varios concursantes acuden con el sueño de aprender y convertirse en alguien famoso. Un programa donde serán entrenados, exhibidos y juzgados como en todos los proyectos de este tipo. Eso es un reality show, no es otra cosa.


Forma parte de nuestra cultura ya, ¿no es cierto? Entonces, ¿qué caso tiene hacer énfasis en "cultural"? Claro, como es un programa que se jacta de traer cantantes "de verdad", en comparación de las largamente padecidas "Academias" de TV Azteca y sus variantes, y como el bel canto se relaciona siempre con este nivel de cultura inalcanzable, elitista, sólo accesible para unos cuantos letrados, era lógico que la publicidad utilizara este plus en el título del programa.


Pero bueno, analicemos. ¿Usted lo vio? Si no es así, déjeme decirle que se perdió de algo por demás interesante. Una producción en donde comparten créditos ni más ni menos que la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y el Instituto Nacional de Bellas Artes, ahí nomás.


Yo no tuve oportunidad de apreciar el primer capítulo, en donde me refieren que hubo una muestra de los aspirantes (hasta donde sé, sólo se recibieron poco más de setecientas video-audiciones), y en donde se argumentó someramente por qué no eran aceptados, o se hizo un intento de transparencia en el proceso de selección. Al menos eso parecía ser. Si, por el contrario, es como comentan, una vil tomadura de pelo, lamento entonces que una vez más se engañe al público a través de la tele, no deberíamos acostumbrarnos, aunque lo malo es que no siempre nos damos cuenta.


Pero vayamos a la parte sustancial de todo: las voces, que... ... ¡bueno!, ¡es que de verdad no puedo dejar de distraerme nuevamente y mencionar otro detallito en las palabras!: "Las Voces del Bicentenario". ¡Háganme el favor! Pero ya, ya... ya sabemos que es televisión pública, del gobierno, y si para incluir al proyecto en el presupuesto anual había que amarrarlo con los magnos festejos que se preparan para este año, ándenle pues, les perdonamos que se llame así, pero es excesivo. Quedémonos con las voces, las personas que están detrás de esas voces.


Veintidós concursantes fueron seleccionados de entre todo el material recibido. El número es obvio, significativo y tal vez hasta cabalístico: el número del canal donde se transmite. Una semana estuvieron los cantantes preparándose para la primera gala, que de gala no tuvo mucho, puesto que el arreglo personal de los participantes dejaba mucho que desear. Sin embargo ese es un detalle que podemos dejar pasar si nos concentramos en que lo verdaderamente importante era apreciar las voces educadas, la interpretación, la gestualidad y -para quien sabe más de esto- la musicalidad de cada uno y el uso adecuado de la técnica vocal.


Del total de participantes, seis fueron expulsados esa misma noche, y he aquí que puedo apreciar algunas actitudes sospechosas que procedo a ennumerar a continuación:


*La gran mayoría fueron mujeres, lo cual no es de extrañar, pues somos mayoría poblacional, y sobre todo mayoría en las artes y la educación (la comunidad pedagógica conoce muy bien de estos asuntos); pero el punto es que de los hombres, quedaron siete de siete, a menos que me falle la memoria. Sí, todos tenían buenas voces, pero se me hizo una estrategia para equilibrar el grupo en cuanto a género.

*La inmensa mayoría de las chicas, son sopranos. ¡Con lo bella que suena una voz de mezzo -yo soy mezzo, es mi favorita -! Y me eliminaron a una de ellas, Andrea Trueba que para su edad, y en mi humilde opinión, lo hacía muy bien. Pero bueno, habla mi subjetividad, irremediablemente.

*Dos de los concursantes tienen una discapacidad: Betsabé Brito, una joven con problemas de desarrollo en los brazos y Alan Pingarrón, un invidente que a todos estremece porque claro, su ceguera le ha hecho desarrollar un maravilloso oído y una intensidad en el uso del diafragma que hace vibrar a cualquiera. En el canal de YouTube del programa, ya hay quien lo nombra el Pavarotti Mexicano. Joven el muchacho, selección de aria adecuada, quiero ver qué ofrece más adelante, ya que la otra chica quedó fuera. Bravo: el programa no está movido por la lástima...hasta el momento, pues Brenda García tiene rasgos indígenas. Se quedó. Canta bien.

*Tampoco me gustó que quedara una mujer -cuyo nombre no recuerdo- que cantó "Por tí volaré", a mi juicio, de manera espantosa. No sé si es porque le están dando el beneficio de la duda o qué, pero en primer lugar, mientras todos escogieron arias de obras consagradas, ella escogió una canción popular ¡y todavía lo hizo mal! Me pareció injusto que se quedara, ni siquiera escogió la versión en inglés, digo, para que se viera el esfuerzo de cantar en otro idioma como casi todos los hicieron -Gabriel Niño (¡¡niiño!! ;P) cantó en español, pero fue un aria-. No sé si es otra estrategia para equilibrar música culta con música popular, pero bueno... ya veremos.

*No me hagan mucho caso, pero creo que una tal Leticia Vargas puede ser la consentida de los jueces, no lo sé bien. Tal vez sea mi mala leche, pero así soy yo, y parece haber entrado con palancas. Créanme la mitad.


Y bueno, la conducción de Claudia Ramírez no es lo más acertado. ¡Es falsísima! Esa sonrisa se la compraban los jóvenes calenturientos en los noventas, pero ahora, que espero seamos un público más colmilludo, no se la cree ni ella misma.


Me gustó, finalmente, que les ofrecieran una cena a todos, invitando a Genaro Sulvarán, barítono, y a Natalia Lafourcade para compartir su música y sus experiencias. Si quieren conciliar lo pop con lo culto, está padrísimo que se haga de esa manera, porque además, la niña Lafourcade canta precioso el bossa nova, y es tan talentosa como todos los que están ahí, sólo que en otro género. Creo que eso fue de lo mejor.


También me gustan las cortinillas y el arte en general en la edición del programa, todo elegante, nostálgico y moderno a la vez. El sonido anduvo fallando y lo mejor es que las galas sean en vivo, no grabadas, tache a eso. Me gustó la sorpresa de cumpleaños que le prepararon a Pamela Rosales, ya que momentos como ese son los que le dan el saborcito a reality show que tanto gusta. Irónicamente la expulsaron del concurso en la primera gala...¬¬


¿Qué espero de él? Buenos shows, variación en la música (no creo que canten la misma pieza siempre), e incluso más variado en el vestuario: atractivo visualmente en cuanto al arreglo de todos, digo, puede verse bien alguien con un atuendo minimalista, si quieren todos del mismo color, pero no todos de chile, dulce y manteca como en la última gala. También espero información interesante y bien manejada sobre el mundo de la ópera, respeto a los concursantes y sobre todo, respeto a la inteligencia del público.


En fin, que el programa es entretenido, desata polémica, lo cual es la sal y la pimienta de todo concurso de realidad virtual, y por lo menos es lo mejorcito que hay a esa hora el domingo por televisión abierta. Ustedes, ¿qué opinan? Coméntenme!!


NOTA: Mi agradecimiento a Javier Ghiaurov por la oportunidad del debate