Mostrando entradas con la etiqueta Crítica televisiva. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crítica televisiva. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de septiembre de 2009

Mara de todos los Comediantes

Recuerdo a mi amigo El Sabuán retorciéndose de la risa cuando en aquéllos tiempos de prepa aparecía una tal Mara Escalante haciendo el papel de Doña Lucha. Yo, la verdad, no entendía mucho de qué se reía si el personaje en cuestión no era sino el vivo retrato de tantas señoras fastidiosas que tanto él como yo conocíamos... menuda falta de conciencia: pues por eso mismo era.

Con el paso del tiempo dejé de ver a mi amigo y cada vez que esta mujer aparecía en la tele, me recordaba la cara de angustia del Sabuán resistiendo las lágrimas para no estallar de risa, sin embargo a mí me seguía pareciendo limitada. Y es que aparecer en el show de Los Comediantes no es algo que garantice un humor inteligente, por lo que a todos los que pasaban por ese programa, los medía con la misma vara.

Pero llegó el día en que un programa tuvo a bien reunir a una buena parte de los talentos mexicanos que encuentran en la comedia el medio idóneo para expresarse y comunicar: "Hazme reír y serás millonario".

Por supuesto que el tal programa no estuvo exento de momentos poco afortunados, como la inclusión de Angélica Vale y Marco Antonio Regil como conductores, o la selección de los jueces que contó entre sus filas a Consuelo Duval como "autoridad de la comedia", o algunos participantes como Eduardo Manzano y Galilea Montijo, que en lugar de reír, daban pena ajena: no todo es buena imagen o respetada trayectoria, me queda claro.

Sin embargo, otros más me sorprendieron favorablemente como La Garra y Facundo, cuya irreverencia es necesaria en estos tiempos, así no sea fácil encontrarle un espacio adecuado para su cómoda expresión. Omar Chaparro me hizo ponerme de pie para aplaudirle el profesionalismo y el cariño que a leguas se nota, le tiene a la comedia. Fue uno de los que más me sorprendió porque me hacía reír al mismo tiempo que me conmovía enormemente, al igual que su compañera de equipo, la modelo Cecilia Galiano. Pude ver que cuando se quieren hacer las cosas bien, se hacen, pues independientemente de no ser actriz profesional, la Galiano alcanzó momentos sublimes de actuación y honestidad, sobre todo eso: se agradece infinitamente que alguien tenga a bien darnos una parte de su alma en las actuaciones que entrega.

Y bueno, pues definitivamente Mara Escalante me hizo tragarme mis palabras: Dona Lucha es genial, y aunque reconozco en ella ciertas deficiencias actorales como la ausencia de gestualidad, creo que es una de las comediantes más creíbles y respetables que tenemos actualmente (nadie es perfecto). Los diálogos escritos por José Luis Guarneros, quien a lo largo de la emisión se ganó el apodo de "El Macaco", simplemente maravillosos, y qué decir del galán Ariel Miramontes, ¡estrellaza! Un manejo en la voz impresionante, un carisma avasallador y un talento actoral que me emociona.

Ya si su triunfo en el reality estuvo planeado o si no, es algo que no me interesa mucho: total, ya sabemos cómo se manejan esas cosas, cada vez más descaradamente en el bajo mundo del show bussiness, pero el chiste es que "María de Todos los Ángeles", el programa que ya habían grabado, según sé, desde dos años atrás (porque Evelio con V chica todavía estaba vivo), pudo por fin salir al aire y hacer las delicias de mis domingos con sus capítulos.

Este programa y su elenco hacen mis tardes relajadas y divertidas: Doña Lucha es otra onda, mala leche y egoísta como muchas madres mexicanas que, refugiadas en el poder que les da la beatificada maternidad en este país, hacen y deshacen "por el bien de los hijos". Si bien las señoras que en la vida real son así, me parecen francamente insufribles, la Doña Lucha esta, es simplemente fenomenal: toda la pinta de una de ellas, y el vocabulario es tan exacto, que me tiene en la risa boba completa durante todo el programa.

Albertano es de una ternura infinita, el acento ñero súper bien trabajado, al igual que la caracterización y la actitud, así como su relación amorosa-platónica-tensa con María de Todos los Ángeles, personaje que también interpreta Mara Escalante, y que es la típica solterona que empieza a sentirse quedada y comienza a bajar todos los santos para encontrar el amor.

Romántica e idealista como ella sola, inocente pero coquetona. Uno se identifica con ella si es que a sus treinta y tantos no ha encontrado al valiente que se quiera enamorar de una.

Los demás personajes dan un perfecto soporte a la trama: la hermana buenona de Albertano es en realidad una actriz y bailarina profesional que hace alarde no sólo de su evidente atractivo físico, resaltado con ropa entallada y sexy, sino de sus atributos histriónicos que le dan mucha fuerza al personaje. El fallecido Evelio con V chica es y seguirá siendo entrañable. El abuelito de María y el hermanito menor de Albertano (un escuincle pre-cio-so apodado "El Chino") son fenomenales, así como la mejor amiga de María, Betzabé, que es una 'damita'.

La historia es redonda y los diálogos son sólidos... ¡infinitamente superiores a los de Eugenio Derbez, por ejemplo!, cuya genialidad fue decayendo conforme su fama y poder en Televisa se iban acrecentando -en verdad que vender tu alma al diablo tiene sus inevitables consecuencias-.

La nacada que maneja María de Todos los Ángeles hace palidecer por mucho a las horrendas Nacasia y Nacaranda de La Hora Pico, e inclusive el gracioso Vítor, interpretado por el actor Adrián Uribe, no tiene nada que hacer al lado de Albertano.


Los personajes de Mara Escalante y su equipo son cien por ciento transparentes, y lo más importante: dignifican al naco en lugar de denigrarlo. Eso es la ley. Por eso respeto tanto a este programa y a sus creadores.

Ayer terminó la primera temporada, y aunque estaba tentada a escribir al respecto desde hace mucho tiempo, preferí esperar a ver si en algún momento me decepcionaba, pero ese momento no llegó. Ahora estoy con ganas de ver más, de saber qué sigue en la serie y de seguir disfrutando un trabajo tan bien pensado, tan bien realizado, y tan hecho con el alma.


Mis humildes felicitaciones a esta "actriz de los ojos soñadores" como la bautizara Ortiz de Pinedo, y a todos los que en su momento creyeron que ya se merecía un espacio como este que a pulso se ha ganado.

Hace unas semanas volví a ver a mi amigo el Sabuán y le pregunté como no queriendo la cosa:
-¡Por cierto! ¿Alguna vez has visto "María de Todos los Ángeles"?- Sonriendo y bebiendo un sorbo a su café descafeinado dio cuenta de mi certeza. Hombre ocupadísimo, trabajador y alejado de los espectáculos baratos, su respuesta no pudo ser otra mejor.
-Sabuana: ¡¡No me la pierdo!!
*

martes, 28 de julio de 2009

La censura en los medios visuales.

Recuerdo cómo en los viejos tiempos aún podíamos ver sobre los hombros de Jacobo Zabludovsky esos hilos de titiritero que determinaban sus acciones y palabras en el noticiero de la noche. Cómo en Siempre en Domingo el persignado de Raúl Velasco hacía y deshacía estrellas a conveniencia de los intereses del imperio PRI-Televisa, cómo Chespirito confundía el humorismo blanco con la estupidez, y cómo Chabelo nos vendía la ilusión de tener juguetes caros a los niños con Reyes Magos pobres. Eran los pilares de la televisión en México, y su legado aún hoy día nos sigue influyendo.

Estoy hablando de un pasado para el cual las nuevas generaciones no encontrarían explicación. Se censuraba todo: no podía haber besos reales en las telenovelas, era tan falso todo, que esa teatralidad le daba cierto encanto a algunas de las mejores producciones de la época. Hoy no sólo vemos lenguas sino hasta nalgas. Gina Montes salía con un cuerpo de vedette setentera, de muslos gruesos y leotardo completo. No podía enseñarse el ombligo, ya que era considerado una zona demasiado erótica que sólo se enseñaba en los cabarets donde iban los caballeros. Hoy todo el mundo enseña el ombligo, desde Niurka que sólo se tapa pubis y pezones, hasta las más inocentes colegialas de los programas para niños.


En Brazil surgió el fenómeno de Xuxa, que era una sexy rubia que conducía programas infantiles, y se hacía rodear de lindas lolitas en short o minifalda. ¡Claro! el programa era todo un éxito, porque el asunto se volvió comercial no sólo para los pequeños y sus madres, que los acompañan a todas partes, sino también para los padres, que tenían entretenimiento visual mientras los más chicos de la casa bailaban y cantaban.


En México surgió entonces una copia barata del programa de Xuxa, se hacía llamar TeVeO y de ahí surgieron ideas para poner a una mujer joven en minifalda a cantarles a los niños, así que entrada la década de los noventas, Tatiana tuvo un éxito arrasador. Después vinieron otros intentos como los de Luz Elena González, y más recientemente la ex integrante de Jeans, Patricia Sirvent. Todo se ha desviado hacia lo visual.


Hoy tenemos un gobierno distinto, nos vendieron otra ilusión: la del cambio, la de la verdadera democracia, algo en lo que todavía estamos muy verdes pero queremos creer. Supuestamente con el ascenso de Emilio Azcárraga Jean a la presidencia de Televisa, un joven empresario con ideas frescas y mente más abierta, un verdadero cambio en las producciones era una posibilidad. Antes ya se había gestado una fuerte competencia para la televisora con la creación de TVAzteca, por mis rumbos, en el Ajusco, pero todo siguió siendo puro atole con el dedo.


Me da tristeza recordar la censura en los medios visuales como algo que en su momento dio muchos dolores de cabeza a mucha gente, sobre todo a los intelectuales o gente visionaria que se daba cuenta perfectamente del engaño y la sumisión en la que nos tenían los medios, pero que también dejó a mucha gente sin trabajo por no querer obedecer a los intereses de los poderosos, o bien por cometer inocentes errores como el famoso "Bomberito Juárez" del Loco Valdés, chistorete por el cual lo vetaron durante un tiempo, al meterse con un "Héroe de la Patria", y no con cualquiera, sino con el "Benemérito de las Américas".


Y he de reconocer que mi propio misticismo se hizo a base no sólo de ir al catecismo durante seis años y rezar todas las noches, sino también saludando a la bandera y sintiendo el patriotismo correr por mi sangre al ver las películas de Miguel Hidalgo con su estandarte de la Guadalupana.


Hoy todo está desmitificado. Nada es sagrado y por un lado está bien. Pero, ¿a dónde nos ha llevado quitar la censura a los medios visuales, y en general a todos los medios de comunicación? Cuando el PRI dejó de estar en el poder ya todo se podía, el primer presidente del PAN fue el personaje político más caricaturizado, parodiado y burlado de todos los tiempos desde épocas de Don Porfirio Díaz, y eso dio la pauta para que todos los medios se descosieran hablando mal de medio mundo.


Paty Chapoy creó en 1996 el programa Ventaneando, mismo que autodenominó "de crítica televisiva", y que en un principio fue novedoso porque hacía evidentes muchos errores que cometen las producciones, y alguno que otro resbalón moral o escandaloso de los famosos... pero aquello desató reacciones muy pronto, al grado de que la titular del programa fue demandada en varias ocasiones, pero gracias al rating que ha tenido Ventaneando desde sus inicios hasta la fecha, hoy por hoy la conductora se ha hecho intocable, una nube de poder e impunidad la rodea, y cuentan las malas lenguas que en la televisora del Ajusco tiene un piso completo para ella y su equipo, que son los que manejan a su antojo las notas del espectáculo que se dan en los canales de TV Azteca.


Paty Chapoy es la nueva constructora y destructora de estrellas. Lo que en su tiempo hizo Raúl Velasco, elevando a categoría de ídolos a quienes él quería, y destrozando a quienes le caían mal, es lo que ahora hace esta señora voluntariosa y desagradable, cuyo mal ejemplo ha sido seguido por muchas personas, y cuyo modelo ha sido imitado en muchos programas, tanto así, que se ha perdido la línea entre lo artístico y lo personal, no se sabe qué es arte ya. Un artista es sinónimo de un naco guapo y con dinero, y la cosa no es así.


No conformes con esto, en 2002 importamos un formato que llegó para quedarse: el Reality Show. Y entramos a ese mundillo por la puerta de enfrente: con Big Brother, un fenómeno que atrapó tanto a científicos sociales como a morbosos y pervertidos. Descubrimos que teníamos tanta hambre de realidad, habiendo sido sometidos a décadas de engaños, que nuestros ojos devoraban las imágenes que eran tan reales que mordían. La televisión por cable tuvo el "privilegio" de transmitir desnudos, sexo explícito, palabras altisonantes que aunque en tele abierta se cubrían aún con el famoso beep, eran tan obvias que hasta el niño más inocente sabía lo que se ocultaba detrás de tan molesto ruido.


Aparentemente hubo más apertura hacia las minorías. La paulatina desaparición de la censura hizo que muchas personas aprovecharan la ocasión para hacer programas inteligentes, serios, y para defender causas nobles como la equidad de género o combatir otras como la discriminación hacia los indígenas y homosexuales, pero como siempre, aunque se habla casi sin tapujos de muchas cuestiones, se privilegia la mofa absurda ante la verdadera crítica.


Y por si fuera poco, la proliferación de la Red de Redes por todo el mundo, sigue vendiendo tanto sexo y violencia, que las generaciones más jóvenes han nacido en medio de este caos visual. Les damos la bienvenida con nota roja, con video juegos de guerra y sangre, con titulares diarios de gente sin ropa o sin tripas, con programas de televisión en donde gente bonita físicamente hace porquerías intelectuales o espirituales, y debemos enseñarles a nuestros hijos la diferencia entre lo que se ve llamativo y lo que en verdad vale la pena.


Nunca pensé decir que extraño la censura, pero creo que va siendo tiempo de cuidar, así como el alimento, qué es lo que nos metemos por los ojos, como lo hacemos con lo que nos metemos por la boca.



*