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jueves, 27 de mayo de 2010

Show de nacos...and Justice for all.

¡¡Mamáaaa!! ¡¡¡Prende la grabadora que estoy en Tortura en Tierra de Ciegos!!!

¡Ay, bueno! Es que no puedo dejar de opinar del caso este. Y no es que no tenga nada que hacer, ni que el prestarle atención a la hija de Alejandro Lora, líder del famoso grupo mexicano El Tri, quiera decir que me parece la noticia más importante por encima de muchas otras.

No es que no esté preocupada por tantas cosas que han venido sucediendo últimamente: el desastre ecológico en el Golfo de México debido al derrame de petróleo, la presión que ahora más que nunca se está ejerciendo sobre Barack Obama para que de una vez regule el fenómeno migratorio, el secuestro del 'Jefe Diego' del cual ya no se habla porque tal parece que tienen secuestrados a todos los medios, y con ello a la opinión pública entera; el estado de salud de Gustavo Cerati, que aunque nunca me pareció muy simpático, tuvo a bien dedicarme "Persiana Americana" en un concierto de Soda Stereo en la UIC...-ok, comentario ni al caso, pero quería presumirlo-, y hablando en serio, el señor forma parte indiscutible del soundtrack de mi adolescencia. Talentosísimo músico.

La cosa no es así: podría pasarme filosofando sobre la inconciencia y la irresponsabilidad de las empresas o instituciones que provocan este tipo de "accidentes" como el del petróleo, de cómo poco a poco estamos destruyendo el mundo y en general a la gente parece entretenerle el que así suceda. Podría hablar de lo absurdo de las leyes que no son parejas para todos, tocando a profundidad el tema de los migrantes, y podría hablar una vez más del miedo en el que el pueblo de México se halla sumergido, en esa especie de espasmo permanente al cual los medios de comunicación nos sumen a capricho, hablando del caso Ceballos; y podría reflexionar junto a quienes me leen sobre la fragilidad de la vida, el famoso "hoy estamos aquí, mañana ¿quién sabe?" concretamente hablando de Cerati.

Pero probablemente se toquen de paso todos los temas si hacemos caso al chisme del momento: la detención, proceso y consignación de Celia Lora García, hija del gritante Alex Lora y su domadora Chela Lora.

Esta chamaca es una pesada. Típica naca con dinero... y no, señores, nada tienen que ver los ojos azules con la naquez. Celia Lora nunca fue una perita en dulce. Yo nada más digo lo que me ha tocado ver. Si supimos de ella en anteriores ocasiones fue porque ¡cómo olvidar el conflicto con Martha Figueroa! cuando al parecer le pegó así, nomás, "de huevos".

Ridículo hasta el paroxismo que Alex Lora insista en que su hija no bebe ni rompope. Ridículo que aparezcan en televisión con caras de afligidos.

Sí, claro que sí, el caso se siente cercano porque el susodicho es un ídolo de las multitudes, porque ha pasado muchíiiiisimo tiempo desde que en la secundaria su música se oía clandestinamente, no la pasaban en radio por atacar al mal gobierno y sus canciones eran satanizadas por mi abuela como "canciones de mariguanos". Lejos quedaron esos días porque ahora alguna que otra rola me ha acompañado en la fiesta, en el microbús y hasta en el escenario.

Fue el típico briago regenerado que va y jura a la Virgencita de Guadalupe que ya se va a portar bien porque ya tiene familia, y enarbola en el pecho la bandera guadalupana mientras le hace un himno muy pobre musicalmente, pero engalanado con la guitarra de Carlos Santana. -Con dinero baila el perro. -

Con esto, muchos seguidores suyos que andaban en las mismas lo adoraron, le pusieron un altar junto a la morenita y continuaron comprando sus discos. Y no juzgo la fe del mexicano ni del señor, más bien la cuestiono: es bien fácil portarse como uno quiera y luego pedir perdón por nuestros pecados con el rosario entre las manos. Esa doble moral de la que tanto hace alarde este pueblo está vivamente retratada en lo que le pasa hoy a los Loras.

Por supuesto, si uno estuviera en esa situación, movería mar y tierra por sacar al retoño de las garras de la Justicia. Y si tuviéramos el dinero que ellos tienen, con mucha más facilidad, pero el punto es que aquí estamos viendo un caso con dos caras definidísimas: por un lado el par de padres desobligados que apenas se dan cuenta del mounstrito que tienen por hija.

No digo que lo haya matado a propósito, pero de que a cada santo se le llega su día, siempre sucede. Tampoco quiero decir que me da gusto que la niña esta se encuentre ya en prisión, debe estar bastante asustada. Sin embargo ya no sé si me da tristeza o rabia mirarlos a cuadro jugando a la familia perfecta ¡claro que no es cierto! Ninguna familia lo es. Y sin juzgar en lo absoluto la educación que hubo en ese grupo de personas, está muy claro que sexo, droga y rock and roll son una triada cuyo vínculo al parecer no se rompe en ellos. Ahí hubo destrampe, típica boca que tapan con dinero porque no hay tiempo de escuchar. (¡Si habré tenido alumnos así!)

Por lo tanto, es justo que la niña lleve un proceso de impartición de justicia del mismo modo que -en teoría- debe aplicarse a cualquier ciudadano que infringe la ley. Sobre si venía tomada o no, ya es un agravante, lo importante es que murió el atropellado y eso lo complica todo.

Ahora, está el otro lado: la viuda y los hijos.
¡¡¡¡¡¡¡Aaay, señoooora!!!!! No critico su sobrepeso nada más por criticar. Se ve que la mujer en cuestión es una dejada de la mano de Dios, típica pobre que se dedica a parir hijos sin ton ni son. Tener más hijos de los que uno puede mantener es una irresponsabilidad mucho más grave que conducir sin precaución, y bueno, la noticia de que su marido murió de repente no debió ser agradable, pero casi puedo ver los signos de pesos en sus ojos al saber que la responsable era quien era. Y ya me imagino al abogado: "¡N'hombre! ¡A estos sí los vamos a exprimir, usted déjemelo a mí!"

Y basta, como chisme ya estuvo bueno: es un show de nacos y nada más.

Como fenómeno mediático y por lo tanto, social, es indignante. Y lo es por varias razones: ver que el señor tiene un cerebrito así de pequeñito, que no deja de hacer referencias a frases de sus propias canciones y que si no es haciéndose el chistocito, no sabe estar ante la gente. Ver cómo Celia Lora, luciendo cuerpazo y maquillaje impecable finge llorar cual mamá de Paulette, de cuyo indignante circo todavía no nos recuperamos. Indignante ver cómo la mujer del difunto gooooooooozzzzzaaaaaaaaa sus cinco minutos de popularidad, esperando el momento de gastarse la lana que ya le han dado, cómo lejos de parecer afligida, se comporta exigente, a sabiendas de que la cárcel para la chica es lo único que puede darle alivio a quien clama justicia, pues al muertito ni toda la lana del mundo le devolverá la vida... pero vaya, que las penas con pan son menos y aquí eso se ve sin anteojos.

Indignante ver cómo la ley parece como que se pone a hacer su trabajo y dicta auto de formal prisión sin más miramientos, pero en comparación con otros casos, todo sigue la ruta del dinero. ¿Cuánto jugo van a sacarles a estos señores para sacar al bebé del bote? ¿O cuánto para que la dejen tranquila adentro? ¿Tendrá tele en su celda? Ya no se sabe.

El chiste es que a falta de neuronas floridas que me ayuden a escribir literatura, esta noche me dio por escribir sobre el caso Lora.

Todavía me preocupa encontrar trabajo y tener listo el show en una semana, pero para eso sirven estas cuestiones, para abandonarnos un poco y gritar a grito pelado "¡¡¡Y que viva el rock and rooooooolll!!!"
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