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viernes, 10 de octubre de 2008

Comunicación del Siglo XXI

Las relaciones interpersonales son importantísimas, tal como lo he referido en repetidas ocasiones (Leer "Espacio y Tecla"). Es una necesidad de vida estar comunicados con otras personas, saber lo que piensan, lo que sienten, para mirarse en los espejos de los otros como dicen los psicólogos, y dejarse encontrar, perderse y buscarse de nuevo, así debe ser toda la vida.

Ayer me encontraba en un improvisado salón de teatro sintiéndome encerrada al igual que mis compañeros y mi director, enclaustrados en un espacio reducido y tratando de sacar el alma en nuestras improvisaciones. No sabía por qué no podía concentrarme, no quise adjudicárselo al hecho de que no había espejitos y duela que nos dieran comodidad; sin embargo encontré la clave cuando dirigí la mirada hacia la ventana: ahí estaba el bello paisaje de esta ciudad contaminada y sombría, con un sol que luchaba por abrirse paso entre las nubes de lluvia y esmog.

Probablemente no era el mejor paisaje que hubiese esperado, pero abrir mis ojos a la distancia, a las salpicaduras verdes que rodean el edificio, y mis oídos al ruido de los cláxons a lo lejos, paradójicamente me hizo conectarme más fácilmente con mi interior.

Lo mismo pasa con la escritura, y duele aceptarlo. Da miopía.

A veces uno piensa que escribir es un ejercicio intelectual y espiritual sublime que purifica el alma y libera la mente. Que puede uno comunicarse mejor a través de letras que con base en palabras improvisadas... pero ¿dónde queda el cara a cara?. Ya me lo habían advertido: se corre el peligro de decir "¿Quieres saber lo que pienso? Remítete a mi blog... léeme en tal lado... (qué flojera volver a decirlo de nuevo)"

Las letras inmortalizan las ideas, por lo tanto la hoja en blanco se vuelve una especie de Pensadero* en donde uno vacía los pensamientos que estorban para que nos dejen vivir en paz, para que haya espacio en la mente que pueda alojar las nuevas ideas.

Esto es contraproducente: puede tranquilizarte, pero puede darte amnesia gradual. Decir "si ya lo dije en mi blog, si ya tengo una tarjetota de presentación en mi página de redes sociales, ¿para qué gastar más energías en decir y demostrar quién soy yo en la vida real?... ¡¡sólo agrégame a tu Hi y listo!!" (Facebook u otros, para el caso, es lo mismo).

En mi época de juventud temprana (:P) mi madre me regañaba porque pasaba horas al teléfono con alguna de mis amigas. Me decía que si tantas cosas teníamos que decirnos, mejor fuéramos a tomar un café y así nos veríamos las caras...
¡Qué razón tienen las madres! ¡qué sabiduría la de los viejos!. Con el teléfono añorábamos las caras, pero al menos teníamos la voz. Con el Messenger podemos tenerlo todo, cara, voz y letra, pero nunca el contacto visual. No es lo mismo mirar al ojillo de una cámara cual si se estuviera sonriendo para el cine o la televisión. La mirada es importante, el ver los ojos del otro, de la otra, el ponerle la mano en el hombro o darle un abrazo. Eso es lo que se está perdiendo... aunque está dando lugar a otras formas de comunicación en donde la representación simbólica de esa persona se vuelve importante, se vuelve a veces tan especial como cualquiera otra que hayamos tocado con las manos. Esto porque sabemos que detrás del muñequito verde, hay un ser humano haciendo lo mismo que uno, mirando la corta distancia de un monitor.


Quise sentirlo monstruoso cuando vi la ilustración publicitaria que ilustra esta entrada, y tal vez en el fondo tiene algo de perverso, pero aún así quiero creer que al menos la gente de mi generación todavía tiene claro este punto que he dicho: los monitos verdes sin rostro ni extremidades, son personas, tienen características particulares que las hacen únicas...¡no quiero imaginar qué pasará en la generación que está naciendo a un mundo en donde conviven libremente las personas de carne y hueso con los entes verdes que se antojan tan macabros muchas veces!

Al igual que en mi salón reducido, la red ampliada nos ha hecho lo mismo: bajo el engaño de darnos facilidades para acercarnos, nos ha venido aislando en un mundo pequeño que aprentemente es infinito. Nos relacionamos mejor cuando nos escribimos que cuando nos vemos... no siempre es así, pero para allá vamos.

Esto es sólo una reflexión para abrir la ventana un poquito, cerrar la sesión y salir a la calle, tomar el abrigo e invitar un café, que siempre es mejor mirarse en la amplitud del espejo de los ojos del otro, observar las arrugas de su cara al reaccionar con tus palabras, leer sus labios de cerca, despedirse con un beso. Siempre será mejor eso, que checar todos los días a ver si alguien ya opinó a esto que he escrito... aunque hay que reconocer que también sigue teniendo su encanto...




*Pensadero: en el universo de J.K. Rowling (Harry Potter series), vasija de piedra poco profunda dentro de la cual hay una luz plateada de color blanco brillante que se mueve sin cesar. Sirve para ser depositario de los recuerdos que uno extrae a placer del cerebro con ayuda de una vara mágica.