miércoles, 6 de octubre de 2010

No oigo, no oigo, soy de palo (toro brindado a Brozo, ¡Óraleee!)

El no escuchar no significa tener un problema auditivo, no percibir los sonidos y tener que leer los labios del otro que nos habla. Lamentablemente el problema de escucha está directamente relacionado con esa ceguera que se resume en la sabiduría popular que reza "no ver más allá de sus narices", y estar educados en un mundo de apariencias, de imagen, sin que ello nos permita lograr ver contenidos de fondo. En este entendido, la gente además de ciega, está sorda... ¡¡pero posee una de labia!!

Lo grave de las pasiones es cuando vienen de gente que no conoce más razón que la propia, que no se mantiene fría hasta que puede emitir una opinión sensata y que, dada su bíblica ceguera, "no ven la viga en el ojo propio, pero distinguen la paja en el ajeno".

Así me sucedió hoy. Tristemente encontré que es difícil edificar una amistad durante años, conservarla, sostenerla con cariño y respeto, para que en un solo día todo se desmorone "en un abrir y cerrar de ojos". ¿El motivo? Ni más ni menos que el escándalo de Brozo y el hacker.

"We always need to hear both sides of the story" entona Phil Collins en una sencilla canción que reflexiona acerca de la necesidad de informarse antes que enjuiciar.

Todo el mundo tiene derecho a opinar desde su perspectiva, y yo en este espacio he tratado de hacerlo con mirada amplia, aunque en ciertos temas peque de corta visión. Incluso ha habido gente que me ha acusado de "tendenciosa y desinformada" en algún post anterior, lo cual pasado el tiempo, puedo aceptar en su justa medida. Sin embargo todo ha sido en medio de un vaivén de ideas, debates, algunos fuertes, otros sencillos. Jamás he pedido que se me conceda la razón absoluta: ni en la libre expresión escrita, ni dramática cuando estoy exponiendo mis ideas sobre un escenario, ni en la libre cátedra cuando imparto mis cursos en la universidad. Soy terca, lo reconozco, y cuando hay contenidos que domino más que mi interlocutor, los sostengo con argumentos. Como les digo a mis estudiantes: nunca daría una clase sólo por darla, sin que yo crea en lo que enseño...pero más que defender mis ideas, defiendo mi derecho a ser escuchada, por favor léalo usted bien: es-cu-cha-da.

Y lo mejor que puede pasarme es que me digan: "entiendo tu punto, pero me quedo con mi postura" ¡Voilá! No quería que me dijeran "me has convencido, ¡oh Sabia del Monte, ilumíname con tu luz!" No con-vencí, no es una guerra.

También es maravilloso, invaluable, cuando alguien me hace ver algo que yo no he visto y me ayuda a aprender, a crecer, a enriquecer mi mundo, a hacerlo más vasto. Y cuando sucede el caso contrario, en que la otra persona se abre con toda humildad a escuchar mis razones y termino yo ayudándole a aprender, la experiencia es gratificante. En todos estos casos hubo diálogo, escucha, ping pong de opiniones. No hay vencidos ni vencedores, todos ganamos si entendemos que hay diversos puntos de vista y que lo interesante de la vida está en la diversidad.

Por desgracia todo el mundo se ha creído que Hortensia es sólo la parte de enfrente: la que camina con convicción en lo que hace, la que está rodeada por un halo de actriz que la hace parecer que se siente estrella, la que toma el territorio de las letras para expresarse como último recurso para no quedarse callada, y como -muy tristemente- me dijo alguna vez alguien que quise, es la que se deja llevar por "el perro de su ego" como lo define Jodorowsky.

Algunas veces también soy esa. Habita el ego en mí como habita en todo el mundo, no soy perfecta, soy -gracias a todos los dioses- un ser lleno de deficiencias, por lo que tengo mucho que hacer. Pero detrás de la convicción en el andar hay un miedo que no me conviene ir pregonando, detrás de esa actitud de mujer creída y autosuficiente hay una mujer solitaria que muere por hallar compañía, por apegarme a gente inteligente, sensible y trabajadora...gente que no se deje llevar por la imagen y explore más allá, gente que se pregunte quién soy y no se quede con lo que ven sus ojos, gente que sepa ver con el corazón, aunque a Saint de Exupéry le digan cursi.

No soy ciertamente sociable, soy selectiva, tengo mi temperamento, pero los pocos amigos que tengo los conservo gracias a esa forma de ser que tienen ellos, no gracias a que soy como soy. ¿Por qué he de ser linchada por decir que el escándalo de Brozo no es para comérselo vivo? ¿Porque no quiero sonar grillera? ¿Porque estoy cansada de esa gente que se la pasa culpando a medio mundo de los males del país y no se pone a hacer algo interesante con su propia vida? ¿Porque justifico medianamente la reacción del payaso comunicador? ¿Porque trato al personaje y al hombre como si fueran uno mismo? (¡¡Esto se me calificó de "lamentable"!! ¡¡Cómo se ve que no saben de actuación!!)

Yo puedo ver en Brozo y en Víctor Trujillo, el hombre que le da vida, todos los defectos que usted guste y mande: ¿es grosero, vulgar, agresivo? Lo es. Nadie lo está negando. ¿Se imaginan a Brozo siendo afeminado como Trujillo? ¡No! ¡Entonces no sería Brozo!, pero entonces al ponerle voz grave, tono guarro -de un arraigo popular muy, pero muy fuerte-, actitud machista y pose de "por mis huevos", ¿Trujillo deja de ser Víctor? Sí y no. Asuntos complejos que no se entienden si no se sabe lo que es encarnar a un personaje... y además, ¡llevarlo puesto por más de veinte años!.

A veces hay que usar un disfraz para que lo escuchen a uno, y si a Trujillo le funciona, se lo respeto.

¡Ya se sabe que hay que tener responsabilidad en medios y bajarle un poco a lo intenso! (Los comentarios apasionados del conductor fueron muy desafortunados) Y yo he dicho en este mismo espacio que Brozo perdió un poquillo de mi credibilidad cuando se fue a Televisa, sin embargo ahora que lo sintonizo con más detenimiento, el tipo sabe muy bien lo que hace y lo que dice. Esta vez se le barrió, pero el que sea amigo de Loret de Mola y de Emilio Azcárraga no lo hacen tener cuernos y cola como para evitarlo a toda costa.

El prejuicio que por décadas tenemos ciertos mexicanos a todo lo que huela a Televisa es justificable, yo misma lo siento a veces, pero no podemos etiquetar así a las personas, no se vale. El Mañanero informa y lo hace bien, provoca el pensamiento, el equipo que lo compone es sólido, su intención cultural es bastante aceptable.

Quizá me identifico con este señor en que todo el mundo le cuelga milagritos que no le corresponden, como eso de que quiere imponer el punto de vista de la Empresa (léase Gobierno) o que quiere manipular al pueblo, ¡por Dios! si no estamos en tiempos de Jacobo Zabludowsky. De verdad, Televisa está a años luz de ser una blanca palomita, pero en este sentido ya no es lo mismo que entonces, y si quien me lee no se acuerda o no se enteró de como era antes, les invito a documentarse de veras.

Entiendo perfectamente que su guarrez puede espantar a muchos que se persignan cada vez que sale con algo de mal gusto, pero no es para rasgarse las vestiduras. Entiendo que el trato sexista que le da a la mujer (medio parodia, medio en serio) a veces puede confundirse y parecer que apoya la inequidad, pero eso es simple: si algo no va de acuerdo con lo que uno piensa, hay una de dos: o se relaja, lo estudia y trata de VER más allá, de ESCUCHAR con mucha atención, incluso si no le gusta lo que va aprendiendo... o de plano le cambia a donde encuentre más empatía y confort.

Brozo juega. Como dije en mi cyber-pleito-no-buscado, es una de las mentes más lúcidas y lúdicas de este país. No como Esteban Arce, que es obtuso y corriente...no los midan con la misma vara sólo porque salen en el mismo canal y seguiditos. "Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra"

Y como ya estoy cantinfleando, creo que finalmente me desahogué, que para eso tengo este espacio. Ya lloré las lágrimas urgentes, ni una más, ni una menos. Perder una amistad duele, pero la vida continúa con anteojos o sin ellos. Ojalá por la miopía no nos tropecemos la una con la otra en mucho, pero mucho tiempo. Yo en verdad, no lo necesito.