
Sí, ya sé, Nochebuena es mañana, pero el silencio sigue cubriendo con una delgada capa de hielo el corazón que espera... y espera... y aunque yo le digo que ya no espere más... ... ... espera.
No me molestó en lo absoluto el consumismo de las navidades, al contrario, agradecí la bendición de tener amigos con quienes compartir un regalo, el tener gente nueva a mi alrededor, todos los maravillosos momentos que viví en el 2009. Y aunque sé que aún no es momento de hacer un balance del año, el poder dar un abrazo siempre se agradece en época de invierno, cuando lo que más me gusta hacer se pone de moda, además de que se hace necesario si cala el frío.
No quiero cerrar el año con asuntos pendientes, pero si mi voz no hace eco, entonces tendré que callar como siempre... o buscar otras formas de hacerme oír. No lo sé... quisiera que el amor me acariciara por fin, que pasado mañana bajo el árbol amaneciera esa sorpresa... pero claro... ni siquiera puse árbol.
Esta entrada no debería estar aquí, sino en mi blog personal, pero no importa. Hace un año escribí sobre Navidad en este otro blog, y por eso quise repetirlo... ya no es lo mismo. Este año estoy mejor, definitivamente... aunque sueno algo ridícula queriendo volver a creer en un personaje en el que no creo hace ya muchos, pero muchos años...
*