miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pedí a Santa Claus

Hace un año estaba muriéndome de gripe, viendo todo de una manera muy distinta a como lo veo esta Navidad. Días atrás volví a sentir lo que es sonrojarme, sentirme estúpida y a la vez feliz... realmente tenía ganas de volver a creer en Santa Claus, de esperar un milagro que no llegó.

Sí, ya sé, Nochebuena es mañana, pero el silencio sigue cubriendo con una delgada capa de hielo el corazón que espera... y espera... y aunque yo le digo que ya no espere más... ... ... espera.

No me molestó en lo absoluto el consumismo de las navidades, al contrario, agradecí la bendición de tener amigos con quienes compartir un regalo, el tener gente nueva a mi alrededor, todos los maravillosos momentos que viví en el 2009. Y aunque sé que aún no es momento de hacer un balance del año, el poder dar un abrazo siempre se agradece en época de invierno, cuando lo que más me gusta hacer se pone de moda, además de que se hace necesario si cala el frío.
No quiero cerrar el año con asuntos pendientes, pero si mi voz no hace eco, entonces tendré que callar como siempre... o buscar otras formas de hacerme oír. No lo sé... quisiera que el amor me acariciara por fin, que pasado mañana bajo el árbol amaneciera esa sorpresa... pero claro... ni siquiera puse árbol.

Esta entrada no debería estar aquí, sino en mi blog personal, pero no importa. Hace un año escribí sobre Navidad en este otro blog, y por eso quise repetirlo... ya no es lo mismo. Este año estoy mejor, definitivamente... aunque sueno algo ridícula queriendo volver a creer en un personaje en el que no creo hace ya muchos, pero muchos años...


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sábado, 5 de diciembre de 2009

De pelos la cosa...

Me bastó ver unos cuantos minutos del programa del Teletón para recordar por qué me choca y me indigna presenciar el melodrama horrendo con que se maneja la desgracia ajena.

La conductora Rebeca de Alba organizó una colecta de cabello para elaborar lo que fue bautizado como "pelucas oncológicas"...ya ni la burla perdonan. Me cuentan que Lucero, "la novia de América" se cortó el cabello y se lució "poniendo el ejemplo" para que la gente se animara a donar sus greñas bajo el pretexto de "hacer feliz a una niña pelona". ¿Por qué suena así de crudo? Pues no lo digo yo: por si no fuera poco la sensiblería con la que se conduce el kilométrico programa, a esta campaña paralela dieron por llamarla el "Pelontón" (sic) Me fui de espaldas.

Una niña afectada por las quimioterapias, escasa de cabello y a leguas notado el amaestramiento para aparecer en tele, recibió simbólicamente la primera de muchas de estas pelucas que le ayudarán a cubrir su vergüenza... porque eso es: promover que la vanidad de las niñas sea protegida por un pelo postizo, reafirma la importancia que en este mundo tiene la imagen. Se enfatiza la diferencia, en lugar de promover el respeto, se disfraza el problema. Que los enfermos de cáncer pierdan el pelo no tiene por qué ser algo que cause pena, ¡la autoimagen es algo que debe nutrirse desde dentro, no al revés! ¡Cómo le dices a una niña que con peluca se va a sentir mejor! ¡Cómo a través de la tragedia de otras personas se siguen promoviendo los mismos valores-basura por medio de actos como este!

Y luego sale la Guzmán a cantar sintiéndose casi-casi identificada con los enfermos terminales porque ella estuvo a punto de perder la vida por enchularse las nalgas, ¡no puede ser! ¡Nada que ver! Musiquita en tonos menores mientras imágenes en cámara lenta y ángulos poéticos nos bombardean de historias tristes para que a uno se le afloje el moco y por consiguiente, el bolsillo.

No puedo ignorar el problema de la gente que está enferma o dicapacitada de alguna parte de su ser, de hecho no son minoría, las familias los esconden, pero son más de los que pensamos. Además, la gente de bajos recursos económicos necesita una ayuda urgente para solventar los gastos, pero no pienso hablar de que no creo en el Teletón, de que nunca dono, y que mucho menos lo veo por la tele porque ya se ha dicho mucho. Lo que verdaderamente me enoja es la manipulación mediática, los rostros televisivos en los que menos confío, diciéndome que son buenérrimas personas, que tienen un corazón enorme y que todos tenemos que pensar igual.

Por si fuera poco, no hay otra opción en la tele abierta, y mi madre se entretiene viendo a Loret de Mola invitando a decir "Viva México" y chingadera y media... ¡¡ya me voy a dormir, no quiero seguir escuchando idioteces!!

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PD: para quien no me creía...




Y se me sigue retorciendo la tripa de coraje!!! D:/

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Algo sobre la Violencia de Género

Hoy se conmemora el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, y respecto a eso, a veces no quisiera opinar porque da la impresión de que ya se ha dicho todo. Sin embargo no puedo quedarme callada, siendo que el tema es uno de los que más me preocupa como mujer que soy, y en consecuencia, como víctima que he sido del maltrato y la discriminación en muchas de sus formas.

Esta semana estoy asistiendo a un foro en el que, como mencioné en la entrada anterior, muy a pesar de que los asistentes son todos ellos unas piedrotas, los ponentes han estado de lo mejor, y han quedado muchas preguntas en el aire. Es una lástima que me tenga que salir corriendo porque hay que ir a trabajar, pero afortunadamente poseo este espacio en donde puedo decir todo aquello que debo callar por las prisas.


En el evento mencionado se habló de violencia de género desde muchos ángulos, y ahí está la riqueza de lo encontrado en esas discusiones: empezando por definir la violencia desde el punto de vista de Foucault, ligado a las relaciones de poder, hasta la violencia simbólica de Bourdieu, que incide en los comportamientos de los otros de manera más sutil, más difícil de ubicar, y que conduce a la sumisión.


Se recordó nuevamente que vivimos en una cultura mundial androcéntrica, patriarcal, que cada quien tiene las tareas propias de su sexo, y no se dejó de comprobar con datos estadísticos que más del 80% de las mujeres ha sufrido maltrato emocional de su pareja. Se habló de ese currículum oculto en las escuelas, y sin querer, recordé a una amiga de mi hija en la secundaria, que se besuquea con el encargado de las computadoras generando la preocupación e impotencia de mi pequeña.


Yo me cuestioné el asunto: existe una delgada línea entre el abuso y la libertad de sentir placer. ¿Es la niña "abusada por su gusto"? El tipo es un hombre mayor, tiene poder sobre ella, y abusa de ese poder... pero la niña no siente culpa, siente placer y se lo procura. Es menor de edad, claro, pero ¿hasta dónde podemos decir que es abuso? ¿Sólo porque el tipo es realmente nefasto? ¿La obliga de alguna manera? Casos como estos son muy, pero muy delicados.*


Luego vino la violencia en las escuelas, sobre todo entre adolescentes, se habló del fenómeno del Bulling y de las condicionantes del hecho de ser hombres o mujeres respecto a ello, para después pasar a hablar de la violencia institucional y el Mugging o acoso laboral. Todo muy interesante, si tomamos en cuenta que mi hija ha sufrido el primero y yo he sufrido -y sigo sufriendo- el segundo.


También se habló de las leyes que se han aprobado en Brasil y en México, se hizo un comparativo y se hicieron propuestas para mejorar. Muchas de las presentes no conocíamos bien a bien la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida libre de violencia que sólo está vigente en la ciudad de México, por ejemplo, y nos asombramos con la Lei Maria da Penha que rige a todo Brasil.


Un filósofo del Colegio de México, el Dr. Juan Guillermo Figueroa, dio una maravillosa ponencia sobre "Masculinidades, relaciones de poder y violencia", exponiendo el punto de vista de los varones y compartiéndonos experiencias que orillaban a la reflexión en torno al maniqueo de los conceptos. ¿Cómo le hacen los hombres no-violentos en un mundo violento? ¿Qué hacen los que parecen diferentes? ¿Hay que acudir al falsacionismo de Popper para cuestionar la regla? Me dejó con el ojo cuadrado, además de que someramente analizó las campañas televisivas y publicitarias en contra de la violencia de género, en las que hombres y mujeres "de bien" proyectan una imagen moralizante... es un chingón el señor.


Luego, siguiendo en esta misma línea, una maestra cuyo nombre le convendría no fuera mencionado, hizo un raquítico intento de analizar la violencia desde el programa "La Familia Peluche", protagonizada por Eugenio Derbez y Consuelo Duval. No hizo más que repasar la letra de la canción de entrada y decir obviedades, pero a mí me hizo sacar mis propias conclusiones al respecto:


En el caso específico de Los Peluches , ella le prodiga a él toda una serie de insultos que no por agresivos son menos ingeniosos muchas veces... sin embargo, aunque él compite con ella en los apodos, hay una constante cuando quiere salirse por la vía rápida: llama a su mujer "Golosa".


La connotación sexual del término indica que ella tiene una necesidad dependiente de él, suficiente para que ella haya permanecido a su lado tanto tiempo a pesar del evidente odio. Es sutilmente humillante, digamos, y en efecto, se promueve la figura de la mujer castrante y por consiguiente, el odio hacia las mujeres.


Reírse de uno mismo no debe estar peleado con la preocupación por la solución del problema, es más, es parte de un comienzo el decirlo, mostrarlo, hacerlo evidente... pero claro, estamos hablando de Televisa, en donde la violencia está siendo naturalizada desde las épocas del Chavo del Ocho. ¿Hasta qué punto el decir algo deja de ser denuncia y se convierte en obviedad, en naturalización del problema? El manejo sigue siendo delicado. ¿Es cuestión de cómo y dónde se diga? Yo creo que sí, creo que eso es básico.


Después la violencia de género se extendió hacia el resto de las llamadas "minorías", concretamente de los homosexuales, y drásticamente se habló de fascismo, de exterminio y de pasos secuenciales de odio hasta el acabamiento, aludiendo esa famosa frase que dice "Todos lo golpearon, pero él solito se murió". La postura de la Dra. Ana María Martínez de la Escalera fue muy fuerte, pero no por ello menos importante, ya que fue una invitación expresa a asumir la propia responsabilidad que como individuos pertenecientes a una sociedad, tenemos de que se lleven a cabo y se justifiquen de mil maneras los actos violentos, de discriminación y odio, desde los más velados hasta los más atroces.


Se habló de la envidia, cuando se profundizó en el acoso laboral, de esa "situación esquizofrénica", como dicen los psicólogos, cuando se pide colaboración, pero se fomenta la competencia con uñas y dientes entre compañeros de un mismo equipo o de un mismo gremio.


Todavía sigo asimilando lo que el foro dejó a manera de preguntas en mi cabeza. Para pensarlas y para vivirlas. Esto de la violencia es un tema complejo, en el que, aunque parezca que todo está dicho, siempre hay mucho, mucho más por decir, pero sobre todo, muchísimo más por hacer.


*Nota al pie: semanas después me enteré de que la pequeña ya había practicado sexo oral con el tal encargado de las computadoras... quede para la reflexión

martes, 24 de noviembre de 2009

Entre intelectuales te veas

Todavía en medio de la oportunidad decisiva de elegir ser una académica brillante y una cabaretera de reputación difícil, esta semana empecé a asistir a un foro de discusión interdisciplinaria e interinstitucional, en donde el tema principal sería la violencia de género.

Sobre ello ya hablaré más ampliamente, ya que casi nunca es posible expresar desde el público asistente, las propias conclusiones en tiempo y forma que requerirían mínimamente. El punto no es ese, el punto es darme cuenta del tipo de gente que son quienes van a esos lugares.

Afortunadamente no es el primer ciclo de conferencias, congreso, foro o espacio de debate al que he asistido, así que tengo una referencia muy amplia, y puedo decir que siempre hay una constante en ellos, y que por desgracia sigo confirmando en cada oportunidad que me doy de asistir a algún evento académico: la gente va en su mayoría por la constancia curricular, así como van a la escuela por el título, o al trabajo por el cheque. Es desesperante la actitud de ya saber de antemano todo lo que están diciendo los ponentes, darlo por hecho, no hacer anotaciones, no hacer preguntas, y limitarse a escuchar o a comentar las mismas conclusiones a las que ya se habían llegado en la mesa, dando la impresión de que nunca estuvieron atentos y de que eso ellos ya lo habían pensado antes.

Me ennerva escuchar cuchicheos que nada tienen que ver con la discusión que nos trae a reunirnos en este sitio, y ver a los alumnos tomar parte en labores serviles como preparar el café y registrar a los asistentes, relegados a un papel secundario de manera tan arbitraria, que al cerrar el foro, un maestro dijo: "Me da gusto que esto lo hayan organizado nuestras alumnas de la maestría ellas solitas, prácticamente no necesitaron de ningún adulto." (¡¡¡!!!) ¿O sea que las alumnas de la maestría son qué? ¿Niñas? ¡Es horrible! Por eso no avanzamos, porque el comentario del profesor le vino a dar al traste a tanto esfuerzo de las compañeras, y que yo personalmente no pude dejar de aplaudir y reconocer como valioso.

Apartada de la vida social, me pregunté una vez más, ¿por qué no encajo? ¿por qué no he hecho la plática con nadie, no he encontrado alguien con quién compartir la opinión de lo que se está charlando acá, y que es tan verdaderamente preocupante desde el lugar que como mujer ocupo en esta sociedad, y que como madre de una mujer también, me interesa sobremanera... bueno, pues porque la primera vez que intenté establecer relación con una chica, lo primero que saltó a decirme por delante es que estaba haciendo el doctorado en este tema, y que casi casi se llevaba de a piquete de ombligo con las top top top del PUEG (Programa Universitario de Estudios de Género), en donde trabajan las más destacadas feministas y estudiosas del tema en este país.

No pude pasar más allá. La mujer unos cuantos años más joven que yo, estaba instalada en hablar de sí misma y de su intachable vida académica, antes que debatir en corto, en un descanso, acerca del tema que, supuestamente, es fundamental en su vida. Me dejó con la palabra en la boca en cuanto se desocupó una de las ponentes y pudo acercarse a hacerle la barba. Me pareció patético... como patético me pareció escuchar a un maestro de la universidad, viejo lobo de mar, abordar a una de las estudiantes y preguntarle qué estudiaba. La joven le contestó que ella venía de otra universidad, y que estudiaba Estética. El arrogante profesor la sorprendió con la típica pregunta del que se siente experto en su ramo y que es de lo único que puede hablar medianamente bien: "¿Y cuál es tu corriente filosófica?"

Yo me esperaba una respuesta más inteligente de la chica, que en su afán de no parecer tonta, lo pareció muchísimo más al contestar: "¿Eh...m-mi corriente filosófica? Ehm... pues... yo estudio estética, lo que estudio no tiene nada que ver con esto, de hecho... aunque esto me ayuda mucho porque necesito que me baje a tierra, que me haga preocupar por los otros..."

Y bueno, así como esas cosas, me resistía de plano a escuchar más, porque estábamos en un foro en donde se hablaba de la tolerancia, del respeto, de la sana convivencia y otras cosas más profundas, pero todo el mundo parecía estar en su onda. Tan solo la misma chamaquita esa que "estudia estética", se acercó a la cafetera y dijo realmente ofendida: "¿Pero cómo? ¡¡YO SOY de las organizadoras y no alcancé café!!" ... verdadera tragedia.

Como siempre, aprendí mucho, recordé muchas cosas, reflexioné mucho más con los puntos de vista y los estudios de los ponentes, pero en la práctica, me costó mucho no tener ganas de echar insecticida para eliminar a unos cuantos bichos que en lugar de poner atención y aportar algo al foro, se la pasaban comadreando o mascando chicle. Y es que decir "Tolerancia, respeto y sana convivencia" se dice fácil, pero no hay que hacerse de la vista gorda, la cosa no es nada sencilla, y no es que nadie haya dicho que lo sea, sino que para llegar a ese nivel hay que primero aprender a ser nosotros, y casi nadie lo hace, todo el mundo pretente, casi nadie es honesto y casi todos disimulan y fingen ser otra cosa.

Por eso el foro me ayudó a afirmarme en mi búsqueda personal: ser intelectual, hablar como tal o parecerlo no son una meta en mi vida. Si lo soy, se van a dar cuenta por lo que haga y diga en un teatro o en una conferencia magistral. El mundo intelectual, como el del arte, y el que gusten y manden, no está exento de hipocresía y de prepotencia, de abuso de poder y de mediocridad; en todos lados entran las ratas, y como ya lo dijo Saúl Hernández: "acuérdate que las ratas, no tienen alas...". Por fortuna, creo que yo sí tengo.



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lunes, 16 de noviembre de 2009

Carta abierta a mis asesores de tesis

No sé cómo decirles esto... ya sé que a quien más le afectan mis decisiones es a mí misma, y que por tanto, no debería ser difícil decir "no me titulo este año" y ya. Pero la verdad es que no es fácil defender a capa y espada lo que uno siente, la mayor parte de las veces resulta muy complicado.

Segura estoy de que ustedes pensaban que yo sería una gran profesionista, que confiaban en mi conocimiento y en mi compromiso con la educación, pero a veces pasan cosas que transforman el destino de las personas, y hoy por hoy tengo que resolver el eterno problema de la identidad que siempre me preocupó, y que ahora reconozco como propio.

Yo, al igual que ustedes, confié en los libros, en las teorías, en el lema de la universidad, pero ahora tengo una resaca brutal de pedagogos, aulas y escritos. Salí de la carrera queriendo acabar pronto, elaborar mi trabajo recepcional de la mejor manera, transformar la educación poco a poco a través de mi trabajo, elaborar proyectos, hacer propuestas... pero lo verdaderamente importante, eso que me hacía falta para llevar a cabo el objetivo, era conocerme a mí, reencontrarme, reubicarme, redimensionarme. Hoy estoy en el proceso de entender quién demonios es mi persona, de dónde vino y a dónde va. Esta ha sido una búsqueda eterna desde que recuerdo, pero por primera vez en mi vida creo que ya me he encontrado.

Sé que dirán tristemente que al contrario, me he perdido. ¡Tan buena estudiante que era, y ahora echando gorgorillos sobre un escenario!

Sí... seguramente no suena nada lógico, al parecer lo que empiezo a hacer ahora no corresponde con la actitud que manejé durante mis cuatro años de carrera, y podrían condenarme a la hoguera por dejar morir a una buena pedagoga, porque sí, señores, soy potencialmente una buena pedagoga, y de las mejores... pero no se asusten, que esa profesional de la educación no muere mientras no muera yo. Ahora estoy tratando de encontrar ingenuamente el vínculo entre lo educativo y el cabaret... sí, ya sé...por favor no sonrían de lado ni aguanten la carcajada irónica: deben ambos tener mucho que ver para que se hayan mezclado en mi sangre y ahora yo no sepa bién que coctel corre por mis agitadas venas.

Descubrí que puedo hacer algo que disfruto tanto o más que dar clases, y que puedo hacerlo bien, y que quiero explorarlo hacia adentro y hacia afuera de mí misma. No quiero olvidarme por completo de la cientificidad del asunto, pero sí quiero adornarlo con plumas.

Sé que se puede, maestros, confíen en mí... y si no, lo lamentaré. Me dio mucho gusto conocerles, han sido una gran, enorme, inspiración, pero no tanto como esos demonios que me hacen cosquillas en los pies todas las noches, y que me obligan a pensar en ritmos y palabras, si bien soy consciente de que las candilejas no están exentas de amargo dolor.


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miércoles, 28 de octubre de 2009

Hablemos de las guarderías

Los seres humanos comenzamos a socializar desde el primer momento en que tenemos contacto con alguien más de nuestra especie: ese momento es, en la gran mayoría de los casos, cuando conocemos a nuestra madre y a nuestra familia más cercana.

De ahí aprendemos gestos, sonidos y movimientos que representan algo, que nos servirán para algo. Por eso la sonrisa que enternece, el llanto que alerta, las palabras que nos ayudan a explicarnos mejor la vida y a explicar mejor la vida. Socialmente nacemos ahí, en el seno de la familia, observando con nuestros ojillos tiernos la dinámica de relaciones que poco a poco vamos internalizando y dándole nuestro toque personal.

Sin embargo, el verdadero momento en el que hay que poner a prueba todo lo aprendido en nuestra casa, ocurre en cuanto pisamos una escuela. Es entonces cuando entramos en contacto directo con seres educados de diferentes maneras, gente que aprendió otros gestos y otras palabras, otros modos de supervivencia y otras mañas. Sí, la escuela es el lugar en el que inevitablemente todos tenemos que caer tarde o temprano.

Hace algunos años, la educación preescolar no era obligatoria, por lo que muchos niños llegaban a este espacio determinante en sus vidas cuando ya tenían unos seis o siete años. Esto podría parecer ventajoso porque en el mejor de los casos, llegaban ya con cierta madurez y firmeza en sus personalidades, lo que podría hacerles más llevadera la dinámica de la socialización; pero ahora que cursar el Jardín de Niños es absolutamente obligatorio, la edad en la que esto pasa se reduce hasta los tres años.

No conforme con esto, hay niños que salen de casa para entrar a un espacio compartido con otros niños, desde su más tierna infancia: me refiero a los pequeños que por necesidades específicas de sus madres, tienen que caer en una guardería.

Esto es una realidad, no es algo que pueda evitarse, vivimos en ciudades caóticas con estilos de vida demandantes y con cada vez más madres trabajadoras que, ya sea que no cuenten con el apoyo de una pareja, o bien, que ellas mismas tengan que ser el apoyo económico de su pareja, tienen que salir a ganar el sustento para los hijos desde muy temprana hora, y conservar sus trabajos sin poder darse el lujo de amamantar y tomarse tres años para ser madres de tiempo completo en lo que sus hijos van a la escuela. Las guarderías, si no existieran, alguien tendría que inventarlas algún día, ya que son un mal necesario.

Pero también pueden ser un bien. Recuerdo haber tenido discusiones levemente acaloradas con personas que, ya siendo madres, maestras o simples personas que se creen con el derecho a opinar sin conocer, despotricaban contra la sola posibilidad de enviar a los niños a lugares como estos. En mi caso, fui educada en casa bajo la protección de mi abuela, y después cuando fui madre, tuve la necesidad de encargar el cuidado de mi pequeña a otras personas desde sus primeros meses de vida, así que puedo hablar del contraste entre su personalidad y la mía. El ser educado por alguien de la familia, en este caso los abuelos o los tíos, que son muchas veces quienes más están a la mano para ayudar, no siempre es la mejor opción de todas. La protección recibida en mi caso, únicamente sirvió para formarme una personalidad introvertida que he luchado con uñas y dientes para liberar de su prisión. En cambio un niño criado en guardería obtiene mucha más independencia, mayor conocimiento de la gente, más fina percepción de las cosas, mayores mecanismos de defensa ante la sociedad devoradora.

No voy a mentir diciendo que no hubo malas experiencias, en mi caso, leves, como rozaduras en las pompas o un día en el que supe que no quiso comer nada, tal vez algún problema con un compañerito o que le contagiaran la gripe o se enfermara del estómago. Esas cosas suceden.

Tampoco he de decir que nunca me preocupé, que no hubiera preferido de alguna manera ser yo quien estuviera a cargo de la pequeña de tiempo completo en lugar de otra persona, ni decir que no sentía horrible los primeros días el dejar a mi más preciado tesoro con su gorrito rosa y su dotación de biberones mientras yo me iba a estudiar o a trabajar para superarme y ofrecerle mejores cosas en la vida... pero si desde el primer momento tenemos la certeza de que los hijos no son propiedad de uno, sino sólo una responsabilidad, el espectro cambia, y puede uno suspirar y seguir adelante, dejando en claro que lo que uno está encargando es lo más valioso para uno, y que si algo le llegara a pasar, habría una leona enfurecida que acabaría con todo aquél que osara maltratar al cachorrito.

Si uno se ocupa de brindar el soporte educativo que le corresponde desde casa, incluso desde los primeros meses de vida, creando un vínculo fuerte que le dé seguridad al bebé, que no le permita ser manipulador o susceptible de abuso, uno puede tener la tranquilidad de que el hijo se comportará adecuadamente, y que obtendrá los regaños que merece y no más.

El error de muchos padres de familia es aventar a los pequeños en lugares donde no se cerciora de las personas que están a cargo, ni está al pendiente, ni hace preguntas todos los días, ni deja saber a los encargados de que efectivamente, lo que tienen que cuidar no es un mueble, sino una persona. La responsabilidad no es sólo de las guarderías, sino de los padres, y de ahí hasta que los hijos son adolescentes, no hay que despegarse de esa atención y esa preocupación por saber lo que pasa, lo que está detrás de la gente que se encarga de tenerlos la mitad del día.

No se vale que se ataque tanto a las guarderías desde un gobierno hipócrita que fomenta la unión de la familia y sataniza a los lugares de cuidado que, digámoslo como es, tienen una labor muy importante en esta sociedad, indispensable diría yo. No se puede cantar y comer pinole, decía mi abuela, y las familias cuya unión promueve el gobierno de la derecha, tenemos que comer, debemos trabajar, las madres solteras particularmente, necesitan ganarse el pan y salir adelante en un país donde las cosas no se les facilitan para nada.

Hoy parecen estar de moda las noticias de tragedias en las guarderías, desde el incendio de una de ellas, la tristemente célebre ABC en Villahermosa, ha comenzado una verdadera cacería de brujas contra estos centros, y muchos de ellos están cerrando. Cabe aclarar aquí que este caso es especial, pues ha destapado muchas coladeras malolientes a costa de las vidas de muchos pequeños, pero es un caso tan doloroso y complejo, que no puedo opinar todavía con el rigor que debiera.

Hablo más bien de que luego de esta tragedia, el oportunismo de los medios para buscar más ratas ocultas en estos centros, ha sido llevada al extremo: después vino el caso Casitas del Sur, en donde hasta de trata de personas se habló, y en cuyo caso "cerrado" sigue habiendo muchas irregularidades. Pareciera que se buscara desprestigiar a todos estos centros con el ejemplo de los mal administrados, los mal habidos o los mal encausados. Cierto que hay que voltear a ver qué hay detrás de esto, para que un caso como el de ABC no se repita, pero no es justo agarrar un "tema de moda" nada más para rellenar un noticiero.

Hoy por la mañana veía el caso de un niño que fue violentamente golpeado y mordido ¡por uno de sus compañeritos!, acentuando la negligencia de los cuidadores. Entiendo que este tipo de casos se tenga que demandar, pero ¿darle más de media hora a una noticia como esta? Me parece francamente perverso, exagerado, y por demás tendencioso.

Lleve a sus hijos a guarderías si tiene que hacerlo, las guarderías no son del diablo, y usted no es peor madre por tener que dejar sus criaturas al cuidado de unos brazos extraños, siempre y cuando haga su parte y asuma su responsabilidad con respeto y amor.

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Mara de todos los Comediantes

Recuerdo a mi amigo El Sabuán retorciéndose de la risa cuando en aquéllos tiempos de prepa aparecía una tal Mara Escalante haciendo el papel de Doña Lucha. Yo, la verdad, no entendía mucho de qué se reía si el personaje en cuestión no era sino el vivo retrato de tantas señoras fastidiosas que tanto él como yo conocíamos... menuda falta de conciencia: pues por eso mismo era.

Con el paso del tiempo dejé de ver a mi amigo y cada vez que esta mujer aparecía en la tele, me recordaba la cara de angustia del Sabuán resistiendo las lágrimas para no estallar de risa, sin embargo a mí me seguía pareciendo limitada. Y es que aparecer en el show de Los Comediantes no es algo que garantice un humor inteligente, por lo que a todos los que pasaban por ese programa, los medía con la misma vara.

Pero llegó el día en que un programa tuvo a bien reunir a una buena parte de los talentos mexicanos que encuentran en la comedia el medio idóneo para expresarse y comunicar: "Hazme reír y serás millonario".

Por supuesto que el tal programa no estuvo exento de momentos poco afortunados, como la inclusión de Angélica Vale y Marco Antonio Regil como conductores, o la selección de los jueces que contó entre sus filas a Consuelo Duval como "autoridad de la comedia", o algunos participantes como Eduardo Manzano y Galilea Montijo, que en lugar de reír, daban pena ajena: no todo es buena imagen o respetada trayectoria, me queda claro.

Sin embargo, otros más me sorprendieron favorablemente como La Garra y Facundo, cuya irreverencia es necesaria en estos tiempos, así no sea fácil encontrarle un espacio adecuado para su cómoda expresión. Omar Chaparro me hizo ponerme de pie para aplaudirle el profesionalismo y el cariño que a leguas se nota, le tiene a la comedia. Fue uno de los que más me sorprendió porque me hacía reír al mismo tiempo que me conmovía enormemente, al igual que su compañera de equipo, la modelo Cecilia Galiano. Pude ver que cuando se quieren hacer las cosas bien, se hacen, pues independientemente de no ser actriz profesional, la Galiano alcanzó momentos sublimes de actuación y honestidad, sobre todo eso: se agradece infinitamente que alguien tenga a bien darnos una parte de su alma en las actuaciones que entrega.

Y bueno, pues definitivamente Mara Escalante me hizo tragarme mis palabras: Dona Lucha es genial, y aunque reconozco en ella ciertas deficiencias actorales como la ausencia de gestualidad, creo que es una de las comediantes más creíbles y respetables que tenemos actualmente (nadie es perfecto). Los diálogos escritos por José Luis Guarneros, quien a lo largo de la emisión se ganó el apodo de "El Macaco", simplemente maravillosos, y qué decir del galán Ariel Miramontes, ¡estrellaza! Un manejo en la voz impresionante, un carisma avasallador y un talento actoral que me emociona.

Ya si su triunfo en el reality estuvo planeado o si no, es algo que no me interesa mucho: total, ya sabemos cómo se manejan esas cosas, cada vez más descaradamente en el bajo mundo del show bussiness, pero el chiste es que "María de Todos los Ángeles", el programa que ya habían grabado, según sé, desde dos años atrás (porque Evelio con V chica todavía estaba vivo), pudo por fin salir al aire y hacer las delicias de mis domingos con sus capítulos.

Este programa y su elenco hacen mis tardes relajadas y divertidas: Doña Lucha es otra onda, mala leche y egoísta como muchas madres mexicanas que, refugiadas en el poder que les da la beatificada maternidad en este país, hacen y deshacen "por el bien de los hijos". Si bien las señoras que en la vida real son así, me parecen francamente insufribles, la Doña Lucha esta, es simplemente fenomenal: toda la pinta de una de ellas, y el vocabulario es tan exacto, que me tiene en la risa boba completa durante todo el programa.

Albertano es de una ternura infinita, el acento ñero súper bien trabajado, al igual que la caracterización y la actitud, así como su relación amorosa-platónica-tensa con María de Todos los Ángeles, personaje que también interpreta Mara Escalante, y que es la típica solterona que empieza a sentirse quedada y comienza a bajar todos los santos para encontrar el amor.

Romántica e idealista como ella sola, inocente pero coquetona. Uno se identifica con ella si es que a sus treinta y tantos no ha encontrado al valiente que se quiera enamorar de una.

Los demás personajes dan un perfecto soporte a la trama: la hermana buenona de Albertano es en realidad una actriz y bailarina profesional que hace alarde no sólo de su evidente atractivo físico, resaltado con ropa entallada y sexy, sino de sus atributos histriónicos que le dan mucha fuerza al personaje. El fallecido Evelio con V chica es y seguirá siendo entrañable. El abuelito de María y el hermanito menor de Albertano (un escuincle pre-cio-so apodado "El Chino") son fenomenales, así como la mejor amiga de María, Betzabé, que es una 'damita'.

La historia es redonda y los diálogos son sólidos... ¡infinitamente superiores a los de Eugenio Derbez, por ejemplo!, cuya genialidad fue decayendo conforme su fama y poder en Televisa se iban acrecentando -en verdad que vender tu alma al diablo tiene sus inevitables consecuencias-.

La nacada que maneja María de Todos los Ángeles hace palidecer por mucho a las horrendas Nacasia y Nacaranda de La Hora Pico, e inclusive el gracioso Vítor, interpretado por el actor Adrián Uribe, no tiene nada que hacer al lado de Albertano.


Los personajes de Mara Escalante y su equipo son cien por ciento transparentes, y lo más importante: dignifican al naco en lugar de denigrarlo. Eso es la ley. Por eso respeto tanto a este programa y a sus creadores.

Ayer terminó la primera temporada, y aunque estaba tentada a escribir al respecto desde hace mucho tiempo, preferí esperar a ver si en algún momento me decepcionaba, pero ese momento no llegó. Ahora estoy con ganas de ver más, de saber qué sigue en la serie y de seguir disfrutando un trabajo tan bien pensado, tan bien realizado, y tan hecho con el alma.


Mis humildes felicitaciones a esta "actriz de los ojos soñadores" como la bautizara Ortiz de Pinedo, y a todos los que en su momento creyeron que ya se merecía un espacio como este que a pulso se ha ganado.

Hace unas semanas volví a ver a mi amigo el Sabuán y le pregunté como no queriendo la cosa:
-¡Por cierto! ¿Alguna vez has visto "María de Todos los Ángeles"?- Sonriendo y bebiendo un sorbo a su café descafeinado dio cuenta de mi certeza. Hombre ocupadísimo, trabajador y alejado de los espectáculos baratos, su respuesta no pudo ser otra mejor.
-Sabuana: ¡¡No me la pierdo!!
*

lunes, 21 de septiembre de 2009

La vida es un cabaret

No se cómo empezar a escribir esto... la emoción me embarga a pesar de que la tormenta ya fue ayer.
Muchos años me pasé intentando encontrar un espacio en donde no sólo pudiera, sino que fuera obligatorio ser yo. La vida me fue arrastrando lentamente, como una botella en medio del mar, confundida. Hoy llegué a mi destino y pude entregar por fin el mensaje que estaba en mi interior. Mensaje escrito hace mucho tiempo atrás, mensaje que de tan perdido había olvidado el destinatario original, aunque eso ahora ya no importa: llegó a la playa y fue abierto por alguien, da lo mismo quién.



He estado en otros grupos de gente que se dicen artistas. En algunos he conocido a personas verdaderamente valiosas, pero en ningún espacio había encontrado mi propia esencia, mi propio yo. No había descubierto la verdadera mujer, la verdadera persona que habita dentro de mí hasta este momento. No sé qué vaya a pasar de ahora en adelante, pero el cabaret es mi vida... porque mi vida está en el cabaret.


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lunes, 14 de septiembre de 2009

"Entrevistando a alguien que intenta escribir"



Por Ewell Borrero

"Hortensia Martínez no se autodefine como bloggera, pues a pesar de que tiene un par de blogs, y es precisamente en este medio en donde más practica el pasatiempo de la escritura, ha hecho guiones de cine, televisión y teatro, así como uno que otro cuento e intentos de poesía cuando era una adolescente. En el fondo sigue siendo una púber atrapada en el cuerpo de una dama, por lo que fue interesante conocer más a fondo los motivos que la llevan a compartirnos pedazos de su realidad y su imaginación a través de sus espacios cibernéticos.

Acomodados en una pequeña cafetería por el rumbo del Ajusco (sus territorios, como ella le llama), conversamos con esta peculiar mujer tímida en un principio, pero resuelta y apasionada cuando tocamos un tema que conoce peligrosamente bien: ella misma.

¿Qué te hace escribir?
Un impulso, siempre un impulso

¿Escribes a menudo?
Sí... (Se interrumpe) jejeje… se me ocurrió una babosada ahora que preguntaste eso. “No, no les escribo. Dejaron de gustarme cuando tenía siete años”, pero bueno, olvidémoslo y hablemos en serio. (Risas)

¿Por qué escribes?
Porque es la manera más amable de darme a entender, que mi interlocutor no me interrumpa y me escuche con atención, y si se distrae, que yo no me dé cuenta, y si bosteza, que yo no me ponga nerviosa pensando que le aburren mis palabras, y si quiere dejarme con la palabra en la boca, puede hacerlo sin temor a verse grosero o grosera conmigo. La lectura de mis ideas erradica el sentimiento de culpa en aquellos que se atreven a leerme y se fastidian antes de los cinco minutos. Por eso escribo, para sentirme escuchada, aceptada, y en caso de ser rechazada, no darme cuenta de ello.

¿Qué escribes?
Lo que siento, lo que pienso y lo que hago. En ese orden.

¿Cuando escribes, en qué estado de ánimo te encuentras?
Antes pensaba que sólo estando triste podía escribir cosas lindas, que la felicidad me daba güeva y que estando instalada en una personalidad que cualquiera calificaría de emo en estos tiempos, escribir era una salida igual de fácil, pero más inteligente que el suicidio. Ahora escribo siempre, cuando estoy contenta, cuando estoy furiosa, si me ataca el nerviosismo, si estoy excitada, si estoy deprimida... Siempre, siempre escribo.

¿Al redactar, empiezas enseguida o lo planeas?
No lo planeo, empiezo enseguida. A veces la idea se gesta en mi cabeza con varios días de antelación, y así puede andarme rondando por algún tiempo, pero no llego a escribirlo sólo hasta que esta simple idea se convierte en un sentir extremo, en una necesidad urgente de expresión, entonces me trueno los dedos y afino el teclado. Otras veces la idea, el sentir y la necesidad surgen de inmediato, vienen en el mismo frasco, y entonces al destaparlo, el temblor de los dedos por escribir es algo casi fisiológico, es una sensación parecida al hambre, la sed o el amor: es urgente saciarla antes de que te haga enfermar.

¿Qué equipo utilizas?
Una libreta y una pluma son suficientes, aunque he perdido un poco la costumbre de escribir mientras viajo, por ejemplo. Desde hace ya algunos años, el teclado de la compu y el procesador de textos se han vuelto mis más nobles herramientas.

¿Consultas diccionarios, repasas textos?
Casi no. Cuando quiero pulirme en algo, tal vez, pero prefiero ser yo misma cuando escribo, no tomar prestados estilos ni palabras que no están en mi vocabulario habitual. Lo que escribo debe reflejar lo que soy, si no, no vale.

¿Te sientes satisfecha con lo que escribes?
Absolutamente. Debido a que sigo la fórmula anterior: ser yo, lo que escribo va dejando un testimonio de lo que soy en cada momento, cómo me siento, cómo evoluciono o involuciono en cada caso. Si me comparo con gente que escribe de oficio y que conoce varios secretos que yo no, entonces sí estoy perdida. Prefiero no hacerlo, prefiero autocomplacerme, eso me funciona porque es la única forma que tengo de apapacharme y aceptarme como soy. ¡Dios sabe que no me cuesta mucho trabajo ser exageradamente exigente conmigo y mis cosas! Por ello la escritura me relaja, porque no me exijo ser algo que no soy, ahí simplemente… ¡soy!

¿De qué manera crees que podrías mejorar tus escritos?
Bueno, si con “mejorar” hablamos de estilo, vocabulario y esas cosas, pues no hay otra manera más que leyendo. Leer a otros autores te abre un abanico de posibilidades. Te hace enamorarte del manejo de las situaciones, de las diferentes formas que tiene cada quien de tejer un ensayo, un cuento, un poema, una obra de teatro, y eso te ayuda a aprehenderlo, a hacerlo tuyo y guardarlo en el inconsciente para después sacarlo cuando sea útil o necesario. Leyendo, no hay más.

¿Cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles?
Mi punto fuerte es ser yo cuando escribo: con la honestidad llevo ganada más de la mitad del terreno. Mi punto débil es mostrarme de más, perfectible como soy, débil y vulnerable no pocas veces, pero en general creo que me defiendo.

¿De qué manera crees que podrás mejorar tus textos?
¿De nuevo esa pregunta? (Sonríe entre apenada y divertida) Bueno, tal vez arriesgándome a ser otras que no soy en la vida real, pero que soy en la fantasía. Ya lo he hecho cuando escribo teatro, por ejemplo, pero tal vez practicarlo más en la narrativa, en mis escritajos cotidianos. Llevar eso que llaman otredad más seguido a mis escritos podría ser también interesante.

¿Cómo te gustaría escribir?
De una forma en que todos me entendieran. Es fácil que empaticen contigo si escribes cosas sentimentales, pero no que te entiendan realmente. Eso es lo difícil.

¿Qué dicen los lectores de lo que escribes?
Pues no sé, me lee muy poca gente, y la verdad no sabría decir si son lectores o no. Tal vez no lo son porque me dicen que escribo “padrísimo”, o bien porque son mis amigos y me echan porras aunque sean buenos lectores. Cuando un lector empedernido que no sea mi amigo me lea, veré qué me dice. Si es un bibliófago de esos que sólo repiten lo que ven en los escritores fregones, lo mandaré directito a la mierda aunque de dientes para afuera le agradezca su opinión, pero si es lector sincero y me critica algún punto que cause confusión o me ayude con ideas para hacer mi escritura más bella, lo recibiré de mil amores y le ofreceré un café.

¿Qué importancia tiene la corrección gramática del texto?
Mucha. No puedo negar que a pesar de que escribo de corrido en una primera instancia, siempre hago correcciones después a diestra y siniestra. Un escritillo por muy pequeño que sea, debe tener coherencia, cadencia, congruencia y ¿por qué no?, también cierta belleza. Debe gustarme a mí para poder publicarlo, debo quitarle una que otra cacofonía, palabras repetidas, ideas que al pensarlas no me parecen estorbosas, pero que al leerlas escritas por mí pueden parecerme incluso estúpidas. Corregir la gramática para que el lenguaje sea efectivo es crucial. Uno escribe para que otros lo lean, y hablar lo mejor posible es lo que prefiero, ¡aunque adoro las malas palabras cuando salen del alma! ¡Porque eso también es hablar bien!, ¿o no? (Risa final)."










Gracias a Ewell Borrero de Clon 2.0 por las preguntas :)

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martes, 28 de julio de 2009

La censura en los medios visuales.

Recuerdo cómo en los viejos tiempos aún podíamos ver sobre los hombros de Jacobo Zabludovsky esos hilos de titiritero que determinaban sus acciones y palabras en el noticiero de la noche. Cómo en Siempre en Domingo el persignado de Raúl Velasco hacía y deshacía estrellas a conveniencia de los intereses del imperio PRI-Televisa, cómo Chespirito confundía el humorismo blanco con la estupidez, y cómo Chabelo nos vendía la ilusión de tener juguetes caros a los niños con Reyes Magos pobres. Eran los pilares de la televisión en México, y su legado aún hoy día nos sigue influyendo.

Estoy hablando de un pasado para el cual las nuevas generaciones no encontrarían explicación. Se censuraba todo: no podía haber besos reales en las telenovelas, era tan falso todo, que esa teatralidad le daba cierto encanto a algunas de las mejores producciones de la época. Hoy no sólo vemos lenguas sino hasta nalgas. Gina Montes salía con un cuerpo de vedette setentera, de muslos gruesos y leotardo completo. No podía enseñarse el ombligo, ya que era considerado una zona demasiado erótica que sólo se enseñaba en los cabarets donde iban los caballeros. Hoy todo el mundo enseña el ombligo, desde Niurka que sólo se tapa pubis y pezones, hasta las más inocentes colegialas de los programas para niños.


En Brazil surgió el fenómeno de Xuxa, que era una sexy rubia que conducía programas infantiles, y se hacía rodear de lindas lolitas en short o minifalda. ¡Claro! el programa era todo un éxito, porque el asunto se volvió comercial no sólo para los pequeños y sus madres, que los acompañan a todas partes, sino también para los padres, que tenían entretenimiento visual mientras los más chicos de la casa bailaban y cantaban.


En México surgió entonces una copia barata del programa de Xuxa, se hacía llamar TeVeO y de ahí surgieron ideas para poner a una mujer joven en minifalda a cantarles a los niños, así que entrada la década de los noventas, Tatiana tuvo un éxito arrasador. Después vinieron otros intentos como los de Luz Elena González, y más recientemente la ex integrante de Jeans, Patricia Sirvent. Todo se ha desviado hacia lo visual.


Hoy tenemos un gobierno distinto, nos vendieron otra ilusión: la del cambio, la de la verdadera democracia, algo en lo que todavía estamos muy verdes pero queremos creer. Supuestamente con el ascenso de Emilio Azcárraga Jean a la presidencia de Televisa, un joven empresario con ideas frescas y mente más abierta, un verdadero cambio en las producciones era una posibilidad. Antes ya se había gestado una fuerte competencia para la televisora con la creación de TVAzteca, por mis rumbos, en el Ajusco, pero todo siguió siendo puro atole con el dedo.


Me da tristeza recordar la censura en los medios visuales como algo que en su momento dio muchos dolores de cabeza a mucha gente, sobre todo a los intelectuales o gente visionaria que se daba cuenta perfectamente del engaño y la sumisión en la que nos tenían los medios, pero que también dejó a mucha gente sin trabajo por no querer obedecer a los intereses de los poderosos, o bien por cometer inocentes errores como el famoso "Bomberito Juárez" del Loco Valdés, chistorete por el cual lo vetaron durante un tiempo, al meterse con un "Héroe de la Patria", y no con cualquiera, sino con el "Benemérito de las Américas".


Y he de reconocer que mi propio misticismo se hizo a base no sólo de ir al catecismo durante seis años y rezar todas las noches, sino también saludando a la bandera y sintiendo el patriotismo correr por mi sangre al ver las películas de Miguel Hidalgo con su estandarte de la Guadalupana.


Hoy todo está desmitificado. Nada es sagrado y por un lado está bien. Pero, ¿a dónde nos ha llevado quitar la censura a los medios visuales, y en general a todos los medios de comunicación? Cuando el PRI dejó de estar en el poder ya todo se podía, el primer presidente del PAN fue el personaje político más caricaturizado, parodiado y burlado de todos los tiempos desde épocas de Don Porfirio Díaz, y eso dio la pauta para que todos los medios se descosieran hablando mal de medio mundo.


Paty Chapoy creó en 1996 el programa Ventaneando, mismo que autodenominó "de crítica televisiva", y que en un principio fue novedoso porque hacía evidentes muchos errores que cometen las producciones, y alguno que otro resbalón moral o escandaloso de los famosos... pero aquello desató reacciones muy pronto, al grado de que la titular del programa fue demandada en varias ocasiones, pero gracias al rating que ha tenido Ventaneando desde sus inicios hasta la fecha, hoy por hoy la conductora se ha hecho intocable, una nube de poder e impunidad la rodea, y cuentan las malas lenguas que en la televisora del Ajusco tiene un piso completo para ella y su equipo, que son los que manejan a su antojo las notas del espectáculo que se dan en los canales de TV Azteca.


Paty Chapoy es la nueva constructora y destructora de estrellas. Lo que en su tiempo hizo Raúl Velasco, elevando a categoría de ídolos a quienes él quería, y destrozando a quienes le caían mal, es lo que ahora hace esta señora voluntariosa y desagradable, cuyo mal ejemplo ha sido seguido por muchas personas, y cuyo modelo ha sido imitado en muchos programas, tanto así, que se ha perdido la línea entre lo artístico y lo personal, no se sabe qué es arte ya. Un artista es sinónimo de un naco guapo y con dinero, y la cosa no es así.


No conformes con esto, en 2002 importamos un formato que llegó para quedarse: el Reality Show. Y entramos a ese mundillo por la puerta de enfrente: con Big Brother, un fenómeno que atrapó tanto a científicos sociales como a morbosos y pervertidos. Descubrimos que teníamos tanta hambre de realidad, habiendo sido sometidos a décadas de engaños, que nuestros ojos devoraban las imágenes que eran tan reales que mordían. La televisión por cable tuvo el "privilegio" de transmitir desnudos, sexo explícito, palabras altisonantes que aunque en tele abierta se cubrían aún con el famoso beep, eran tan obvias que hasta el niño más inocente sabía lo que se ocultaba detrás de tan molesto ruido.


Aparentemente hubo más apertura hacia las minorías. La paulatina desaparición de la censura hizo que muchas personas aprovecharan la ocasión para hacer programas inteligentes, serios, y para defender causas nobles como la equidad de género o combatir otras como la discriminación hacia los indígenas y homosexuales, pero como siempre, aunque se habla casi sin tapujos de muchas cuestiones, se privilegia la mofa absurda ante la verdadera crítica.


Y por si fuera poco, la proliferación de la Red de Redes por todo el mundo, sigue vendiendo tanto sexo y violencia, que las generaciones más jóvenes han nacido en medio de este caos visual. Les damos la bienvenida con nota roja, con video juegos de guerra y sangre, con titulares diarios de gente sin ropa o sin tripas, con programas de televisión en donde gente bonita físicamente hace porquerías intelectuales o espirituales, y debemos enseñarles a nuestros hijos la diferencia entre lo que se ve llamativo y lo que en verdad vale la pena.


Nunca pensé decir que extraño la censura, pero creo que va siendo tiempo de cuidar, así como el alimento, qué es lo que nos metemos por los ojos, como lo hacemos con lo que nos metemos por la boca.



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domingo, 28 de junio de 2009

Michael Jackson




Más que un rey, un pequeño príncipe
en el planeta equivocado.
Dibujémosle un cordero.
Descanse en Paz

jueves, 25 de junio de 2009

Los huevos de don Arturo

(o "En todos lados se cuecen habas"...-se aceptan ideas para la versión mexicana-)


POST PIRATEADO TAL CUAL DEL BLOG DE ÁLVARO ANCONA
(usted dispense)

Arturo Pérez-Reverte XL-Semanal.


C.c.p. Elba Esther Gordillo, Alonso Lujambio, y los maestros que no fueron a dar clases hoy.


PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.

De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia.. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.

Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera , capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad» , entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente -recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española-. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres» , aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos»

Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco , Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias , José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.

Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.
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AMÉN :)

domingo, 7 de junio de 2009

Decálogo del taxista

Soy una asidua usuaria de los taxis. Por eso nunca me rinde el dinero, porque siempre ando a las prisas y corriendo de un lado a otro. De esto ya son varios años, así que creo tener la suficiente autoridad como clienta frecuente, para hacer recomendaciones para quienes, ya sea por gusto o por necesidad, han decidido recorrer las calles para transportar a la gente presurosa como lo es una servidora.

Los primeros cinco puntos son indispensables para brindar un servicio mínimo de calidad:

  1. No ponga en riesgo la vida.- Esto implica respetar las reglas de vialidad, como son semáforos, señalizaciones, días de descanso obligatorio, los sentidos de las calles, a los peatones y a otros conductores. Por ello debe abstenerse de provocar posibles broncas o hacer caso a provocadores. Usted como chofer de taxi debe poseer un temple inquebrantable, y además cuidar de no beber si va a conducir, mucho menos usar drogas para mantenerse despierto. Respete sus horas de sueño y no salga a trabajar si no se siente en buenas condiciones de salud, ya que eso pone en riesgo tanto a su pasaje como a usted mismo. Tampoco hable por teléfono mientras conduce, ya que suele ser incómodo para el pasajero escuchar conversaciones personales mientras lo ve conducir con una sola mano. Evite sanciones y en lo posible cualquier tipo de distracción peligrosa: el teléfono es una de ellas. Mantenga sus papeles en regla y de preferencia su nombre y su foto a la vista, eso brinda seguridad.

  2. Pregunte la ruta preferida.- Cuando un pasajero aborda el taxi, tiene generalmente un destino fijo. Muchas veces ya se sabe a dónde se va y cómo se llega. Preguntar por dónde prefiere que se vayan es mucho mejor que decidir arbitrariamente la ruta. Si el pasajero ignora la ubicación del lugar, haga usted lo posible por tener a la mano una guía de la ciudad y decidir junto con su cliente el camino más corto. No maree a sus pasajeros con tal de dar más vueltas y hacer correr más el taxímetro, si usted conoce el rumbo, bríndele confianza y conduzca con la seguridad de estar ofreciendo un buen servicio. Si se está quedando sin gasolina, pregunte si no hay inconveniente en pasar a cargar antes, y ponga en marcha el taxímetro sólo cuando salga de la gasolinería. Si considera que no le va a alcanzar para llegar al sitio requerido, mejor no se arriesgue, y si por error o sin más remedio le toca algún congestionamiento vial, mantenga la calma. Un taxista debe estar preparado para abstenerse de tocar como desesperado el cláxon, y de murmurar o gritar improperios por no soportar este tipo de situaciones caóticas.

  3. Haga el intento por no conversar.-Puede que a usted le guste mucho comunicarse, pero tome en cuenta que no toda la gente está dispuesta a platicar en todo momento. Estudie la disposición del pasajero si usted quiere hablar, haga unos cuantos comentarios de rigor y si son fríamente contestados, significa que el cliente quiere pensar mientras viaja, leer o simplemente estar callado. Si el pasajero comparte su afición por platicar, o él mismo inicia la charla, dirija la conversación hacia algún problema de interés común. De preferencia no hable de su vida personal a menos que su pasaje se lo permita, y si es su cliente quien le habla de su vida privada, escúchele atento, y sea cuidadoso en emitir sus opiniones si éstas le son requeridas. Tampoco hable de religión, política y fútbol, debe saber que esos son temas escabrosos que causan conflicto muy fácilmente, pero si por casualidad se encuentra envuelto en una discusión de ese tipo, respete las creencias de la otra persona, o como quien dice "déle el avión", "por su lado". Usted no está para evangelizar, concienciar políticamente o convencer a nadie de lo que usted cree que es lo correcto, para eso hay otros espacios, si ese es su verdadero interés. Entendiendo eso, su charla será más amena y aprenderá mucho más de la vida si escucha más de lo que pretende hablar.

  4. Sea un buen conductor.- saber manejar implica muchas más cosas de las que usted se imagina: ser un buen conductor va desde saber llevar bien el volante hasta mantener una velocidad adecuada y tener presente en todo momento que usted está transportando seres humanos, no bultos de comida para perro. Recuerde que en su mayoría, quienes tomamos un taxi es porque llevamos prisa, así que piérdale el miedo a la calle y no maneje como abuelito con reumas, créame que es desesperante y no faltará quien le pida que aumente su velocidad porque se le hace tarde. Si eso sucede, acelere con moderación, nunca vuele ni rebase a menos que tenga la pericia necesaria para conducirse por la gran ciudad, y si es usted un aventurero arriesgado, tenga en cuenta que el pasajero puede agradecer su osadía si el tiempo es apremiante, pero también puede sentirse asustado si lo ve conducir como si en ello le fuera la vida. Avise lo que va a hacer y pida permiso, recuerde que aunque usted sea el dueño del coche, en ese momento está sirviendo a alguien más.

  5. Respete al pasajero.- ese es el punto crucial para brindar un buen servicio: no trate con demasiada confianza a alguien que apenas acaba de conocer, no importa la edad que sus clientes tengan, nunca les hable de "tú", ni les haga bromas. Si no se siente capaz de entablar una conversación amable sin que ésta suene confianzuda, mejor guarde silencio y hable lo indispensable. Créame que uno agradece más un conductor callado que uno que nos haga sentir acosados. En tiempos de inseguridad latente, un taxista que bromea, hace observaciones sobre nuestra belleza o hace insinuaciones sobre nuestro estado civil o laboral, provoca desconfianza y ganas de bajarse en la siguiente esquina. No ponga espejitos estratégicos para mirar los escotes y las faldas de las damas, no intimide con miradas por el retrovisor, no pregunte a quién van a ir a ver o quién los espera en casa. Eso es algo que no le incumbe a menos que tenga otras intenciones, así que realice su trabajo con decencia, no degrade el trabajo de los taxistas si lo que usted quiere es conquistar mujeres o delinquir. Si usted secuestra, viola y asalta, no es un taxista, es un criminal, y si no lo es, no se comporte como si lo fuera. Tampoco intente vender productos, es muy molesto, ni coloque trucos al taxímetro para que cobre más dinero, eso es reprobable.

Lo anterior entra en el nivel básico. Ahora que si usted quiere brindar un servicio de excelencia, ahí le van las siguientes recomendaciones:


  1. Tenga buenos modales.- Dé siempre los buenos días, las buenas tardes o noches cuando alguien suba. Si el pasajero no es educado y no contesta el saludo, no quedará usted como un descortés. Algunos pasajeros son tímidos, bríndeles confianza con un "Con mucho gusto", "Estoy para servirle". Son frases simples pero muy poderosas. Cuando alguien sabe que está en manos de alguien a quien le gusta hacer su trabajo, se siente mejor, más seguro, más relajado. Dé las gracias, desee buena suerte al despedirse. Hay algunos que se despiden con un "Dios le bendiga", tampoco es malo, es cálido y deja la sensación de haber tenido un buen viaje.

  2. Hable sobre el problema del cambio.- A la mayoría de los taxistas no les gusta cargar con mucho efectivo, debido a que también existe el riesgo de ser asaltados. Eso está bien, pero si es el caso, sugiera que le paguen con cambio, así el pasajero tendrá oportunidad de decir si va a pagar con un billete de alta denominación. En ese caso, ofrézcase a cambiarlo cuanto antes en cualquier tienda o gasolinera, así tendrá la certeza de que el eterno problema del cambio estará resuelto antes de llegar a su destino.

  3. Tenga atenciones.- Preocúpese por la comodidad y seguridad del pasajero. Prevenga que nadie pueda abrir por fuera el auto, sugiera colocarse el cinturón de seguridad, acomode los bultos en caso de haberlos, de forma que no caigan o lastimen a nadie, pregunte si debe cerrar la ventanilla porque el aire puede molestar, pida disculpas si no alcanzó a ver un tope y éste lo hizo brincar. Abra la puerta, ayude a bajar las cosas de la cajuela, brinde un servicio amable y con una sonrisa, le aseguro que la carga será menos pesada incluso para usted si tiene una actitud fresca y positiva. De esta forma, hasta los pasajeros más insufribles serán sólo eso: pasajeros.

  4. Mantenga limpio su automóvil.- No fume, resista el hábito, ahora que si ya es un vicio, pida permiso antes o hágalo cuando vaya solo, pero procure limpiarlo constantemente para que no guarde olores y siempre esté impecable. No hay nada más agradable que subirse a un taxi limpio, que huela bien. Seguramente le tocarán pasajeros inconscientes que embarren su auto de sustancias inimaginables: son los gajes del oficio, amigo, asúmalos con entereza y resuélvalos con dignidad. No se puede andar regañando a los pasajeros porque azotan la puerta o porque ensucian los interiores, si eso sucede, ponga una cara elocuente de disgusto, a veces eso es más que suficiente para obtener la disculpa del otro, y si así pasa, acepte la disculpa amablemente, no caiga en ser grosero, como sea, son sus clientes. Procure ser tolerante hasta donde se pueda.

  5. Escuche música tranquila.- o en su caso, las noticias. Nunca tenga música alocada o a un volumen estridente, créame que aunque a los pasajeros les guste el mismo tipo de ritmos que a usted, le agradecerán más que el volumen sea moderado y que la música incite a la calma y no al desorden. No cante a menos que vaya solo. No dé la impresión de que usted anda en su casa rodante y que uno es sólo un intruso de su comodidad. Tenga siempre presente que usted es un transportador, está sirviendo, no está haciéndole un favor a nadie, no se comporte como un patán que manda, sino como un servidor que complace. Si no le gusta ese trabajo, búsquese otro, se lo digo en serio.

En fin. Yo suelo ser una buena pasajera. Respeto al conductor y a su auto en el agradecimiento de que me están llevando cómoda, segura y con rapidez al lugar deseado, pero entiendo que existen otras personas que abusan de ese servicio, lo cual no quiere decir que por ello todos seamos iguales.


Por fortuna he conocido taxistas que cubren todas las características anteriores, pero por desgracia son muy pocos, la inmensa mayoría tiene un defectito que corregir, por eso quise contribuir con estos "Diez Mandamientos", para que si alguien sabe de alguien a quien le pueda servir, sea tan amable de hacérselo leer.


El servicio de taxi se está haciendo cada vez más necesario en las grandes ciudades como la mía, y no quisiera dejar de preferir viajar así, sólo porque los caballeros -y algunas damas conductoras- no se ponen bien las pilas y no realizan su trabajo como el cliente desea.


También invito a los demás usuarios, que me digan si se me pasó algo, podría ser de mucha ayuda para perfeccionar este decálogo, que podría ser un buen manual de cabecera para todo conductor de transporte público que se precie de serlo.



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sábado, 30 de mayo de 2009

Lo mejor de TV Azteca

Lo que la televisora del Ajusco ha llamado Barra de Opinión de Azteca 13 es, por mucho, superior a la de Televisa, abarcando nueve programas de los que, debo decirlo, no todos son recomendables.

Para empezar, Ricardo Rocha ha sido un excelente conductor de toda la vida. Aún recuerdo los programas que, sin importar mi edad, solía mirar sin entender la mitad de nada, como Para gente grande y En vivo, allá por los noventas. Pero ahora que conduce Animal Nocturno y gracias al vicio de la red, no he tenido la oportunidad de verlo en compañía de los excelentes invitados que ha atinado en invitar. Sin embargo las pocas veces que lo he visto, lo he disfrutado muchísimo, y no por nada ya cumplió varios años al aire. La temática es muy adulta, muy seria, pero bastante agradable por la calidad de la mayoría de los invitados, mismos que no podemos ver en cualquier programa de entretenimiento. Lástima que se cuelen algunos invitados que la televisora desea promocionar, pero eso ya no es nuevo y estoicamente nos lo aguantamos. Por su parte, Patricia Llaca es muy culta, y ha ido creciendo desde el primer programa hasta la fecha. Se le ve muy segura y hace una química perfecta con el señor Rocha, así que si no lo han visto, échenle un ojito a este show cuyo nombre es resultado de una rompedera de cabeza tremenda de alguien que seguramente asoció el nombre del conductor, con el disco de otro Ricardo (Arjona) para obtener un título obvio para un programa en la noche...pero en fin, si no somos tan detallistas, no hay algo más que criticarle.

Robados o comprados del Canal Once y su Primer Plano, el programa Entre-3, conducido por Federico Reyes Heroles, Jesús Silva-Herzog Márquez y -mi novio- Carlos Elizondo Mayer-Serra, es un magnífico espacio para escuchar debatir a tres hombres muy inteligentes sobre los temas que tendrían que ser de interés general. Lamentablemente el horario es una burla: lunes a la media noche.

El ver programas que hacen pensar a la gente parece ser privilegio de unos cluantos desvelados, ya que quienes trabajamos o estudiamos y debemos dormir bien para rendir más o menos, cerrramos nuestros ojitos a veces minutos antes de que empiece el mentado programa. Lo mismo pasa con Reporte 13, conducido por Ricardo Rocha, en donde entrevista a grandes personalidades y cuyos anuncios comerciales llegamos a ver por pura casualidad. La Entrevista con Sarmiento está en ese misma situación, dos veces por semana pero muy noche. La gente que está cansada se duerme al oír la charla, son programas no aptos para quienes llegamos pidiendo cama en cuanto sale la luna.

Y para qué seguimos... Shalalá, conducido por dos damas, pasa a la misma hora y está ammbientado de día, ideal para que pasara por la mañana... pero no, porque de seguro las amas de casa prefieren ver a Ana María Alvarado hablando de chismes, que a Sabina Berman teniendo una plática interesante.

Confieso nunca haber visto En Contexto, ni Vía Libre, porque además de que pasan tarde, no han captado mi interés. Pero Frente a Frente y A quien corresponda, son chafísimos, aunque el Juguetón tiene su mérito, pero me parecen muy populacheros. Y hasta aquí con la barra de opinión.

Los unitarios son mejores, como Historias Engarzadas y La Historia detrás del Mito, ya que son muy entretenidos y más o menos serios. Lo que callamos las mujeres a veces parece que ya ha agotado todos los temas, pero se las ha ingeniado para permanecer al aire y pese a que tiene episodios muy tendenciosos y mal hechos, la mayoría de las veces presenta casos bien estudiados y bien interpretados por su cuerpo de actores base. Todavía es recomendable para la hora de la comida.

La gente joven no tiene escapatoria: están Top Ten, una fórmula probadísima y muy amable; Los 25+, una mejor forma de analizar la cultura del espectáculo, Hit M3 , en donde la pesadísima de Shanik Aspe hace el contraste necesario con Romina y Christian, los carismáticos conductores. Y por si fuera poco está el mal intencionado Caiga quien caiga, toda una cátedra de manipulación de la información, y que a diferencia del peor intencionado Famosos en Jaque, sí es divertido y no suena tan agresivo y ardido como el que conduce la -horrible- Móni caCa stañeda.

Todo esto en fin de semana, para quien no pierde oportunidad de quedarse en casa a echar la hueva al mar. Telenovelas y demás cosas, le jalo con fuerza a la cadena.

Y lo bueno es que TVAzteca sólo tiene dos canales, pero por eso mismo, menos espacio para rellenar con cualquier cosa, así que en ese sentido es una ventaja: tiene mayor cantidad de opciones para ver en tele. Por ejemplo en Azteca 7, lo mejor de lo mejor son Los Simpson, que afortunadamente no requieren presentación. Los programas importados son mucho mejores que en Televisa, y entre ellas podemos contar a Almas Perdidas, Chris Angel, Mentes criminales, Bones, Los Caballeros del Zodiaco, Esposas desesperadas y Gladiadores Americanos, entre otros. Sé que hay muchos fans de Grey, pero como persiste mi repulsión a los médicos y a sus calenturas, prefiero no verla.

Y de las producciones mexicanas, es imperdible Demente, una serie que aborda los excesos de una mente enferma. Algunos capítulos de Lo que la gente cuenta pueden ser espeluznantes, y a veces Difícil De Creer también aporta datos sorprendentes, por muy chocante que pueda ser el conductor, Sergio Sepúlveda.

En fin, que la programación de Azteca es mucho más diversa y redonda que la de el viejo monopolio, pero no olvidemos que también sabe hacer popó, y de momento no seré yo quien le compre el pañal de adulto.

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sábado, 23 de mayo de 2009

Lo bueno de Televisa

Pensando en positivo me decidí a hablar sólo de lo bueno que hay en la tele abierta, y que es muchísimo menos que toda la basura, de la cual en otras ocasiones sólo quise pepenar una poca para llevarla a mi laboratorio y ponerla bajo el microscopio. Ahora empezaré con Televisa, hablando de los que -a mi parecer- son los programas que se salvan de ser catalogados con este apelativo.

Vayamos primero al Canal de las Estrellas. Dentro de las Telenovelas, lo único bueno que tienen es la repetición de Yo soy Betty la Fea, que por supuesto, no es producción de Televisa, sino de RCN Colombia (de las demás no opino porque ni se me antoja verlas).

La telenovela en cuestión merecería un post aparte, ya que en lo personal tengo a esta historia de Fernando Gaitán en el Top 5 de mis melodramas favoritos de todos los tiempos, debido a que dignifica la vieja fórmula que Hans Christian Andersen escribiera hace dos siglos: el cuento del Patito Feo. No he vuelto a ver otra cosa que retrate mejor la idea esencial del personaje, como ésta novela protagonizada insuperablemente por Ana María Orozco. Las otras historias inspiradas en ese cuento cada vez las hacen peores, y ahora hasta se han atrevido a refritear la producción argentina que descaradamente se llamaba como el cuento, pero ahora llamándole "Atrévete a soñar". Gran error repetir Betty, pues las comparaciones serán del cielo al infierno.

Pero, ¡bueno...! quedamos en que sería positiva y no hablaría de lo malo... veamos ahora los Programas Unitarios: un programa que disfruto mucho es Al Sabor del Chef, donde un joven de no malos bigotes y con presumible experiencia en el mundo culinario, nos enseña recetas que no serán lo más brillante del mundo gourmet... digamos que son más bien cocina popular, pero que se ven muy sencillas y antojables. A diferencia de otros chefs que son todo menos el estereotipo del esposo alivianado, el Chef Oropeza es una extraña mezcla entre el novio guapo, el hombre despreocupado y el marido responsable. Las señoras por fin tenemos un programa diferente, creo yo, en cuanto a cocina se refiere. ¿Qué más de unitarios? el programa de Mariano Osorio entró anunciado con bombo y platillo, pero sinceramente lo prefiero en radio. La tele explota la esencia sensiblera y morbosa de las tragedias de los invitados bajo el pretexto de "aprender de las experiencias de otros", pero es puro espectáculo barato, me decepcionó.

Los Sábados, sólo se salva un poco -recalco que un poco- el programa que conduce Israel Jaitovich, y que se llama Desmadruga-2. Lo único rescatable de este programa es la variedad de invitados y los sketches en vivo. De ahí en fuera lo demás es pura paja, además de que los mentados sketches no siempre son graciosos, pero nos dan la oportunidad de ver "haciendo comedia" a varios famosos que tal vez jamás habríamos imaginado.

Los Domingos, tengo que hablar inevitablemente de Hazme reír (y serás millonario), el programa que conduce Marco Antonio Regil y que tiene una gran producción detrás. Yo sé que no es lo máximo, y que la tendencia al albur y el doble sentido están tan arraigados en la cultura popular mexicana, que este show no podría ser la excepción, sin embargo hay buenos intentos, talentosos comediantes cuyas habilidades han sido puestas a prueba y se les ha dado justicia por primera vez al brindarles la oportunidad de demostrarlas. Hay una buena intención de quitarle a la comedia mexicana el estigma de humor barato, y en algunas ocasiones cómicos natos como Omar Chaparro, lo consigen de manera asombrosa. Yo le doy el beneficio de la duda porque si algo me gusta hacer en esta vida, es reírme, y aplaudo el esfuerzo de quien busca hacer reír con profesionalismo, por eso es que gracias a esas contadas personas que tienen verdadero talento, y -sólo- a UNO de los jueces (Germán Ortega de Los Mascabrothers...-porque Inclán ya no está-), el programa es rescatable, y merece la pena verlo (así tenga que ir a vomitar cada que Angélica Vale aparece en escena).

Pero en fin, que no todo en Televisa es malo, no. Los programas de discusión son de lo mejorcito que tienen, aunque El Notifiero de Brozo diste mucho de aquél querido Mañanero que nos alegraba el inicio del día. De los demás he visto poco, ya que tienen el gracioso detalle de pasar a altas horas de la noche, por lo que si veo el carismático rostro de Carlos Loret de Mola en Tercer Grado, prefiero ver los Infomerciales, antes de quedarme a oír sus brillantes opiniones sobre los temas actuales. Y por último, alguna vez he visto un programa llamado Los Reporteros, en donde los susodichos presentan muy buenos trabajos de investigación periodística, pero de cuya credibilidad en el manejo de la información, algunas veces desconfío, ya que no acostumbro ver ninguno de los noticieros que presenta esta televisora.

Y como ven, apenas hemos pasado el primer canal, pero no se preocupen, que en el Canal de la Ciudad hay muy poco bueno que ver, ya que la programación de entre semana es prácticamente un basural. Probablemente el noticiero de A las Tres se salve por lo serio, pero todo lo demás francamente apesta!! (especialmente Coque Muñiz y su TeVe de Noche). Ahora que si llegamos al sábado, los documentales de México Nuevo Siglo están tan bien hechos, que se me cae la baba viéndolos. Visualmente son muy atractivos, y nos dan la ilusión de quedar bien informados. Son didácticos y entretenidos, muy recomendables para quienes se van levantando al mediodía. Ahora que si quieren quedarse hasta las cuatro y ver el horror que conducen los payasos Lagrimita y Costel, de seguro se les cura la cruda porque simple y sencillamente es un asco. Lo que resta de la programación del sábado y los domingos, de plano paso sin ver...

Y en el Canal 5* están las series y caricaturas... para todos los gustos y edades. Personalmente no me gustan mucho, pero hay fanáticos del Dr. House y de La Ley y el Orden, por ejemplo, aunque como a mí no me gustan ni los médicos ni los abogados, prefiero ver las series de adolescentes como Drake y Josh o Malcolm el de en medio, si bien debo señalar que desde hace tiempo no traen temporadas nuevas y lo que en un principio era novedad, ahora me aburre garrafalmente.

Ahora demos un gran salto, porque lo que sí no puedo dejar de recomendar es la lucha libre de la WWE, en donde podemos ver el lujo de gladiadores que nos darán una muestra de cómo ser al mismo tiempo atletas y entretenedores profesionales. ¡Minutos garantizados de diversión! Y como ya estamos en estas, vayamos a Galavisión, en donde el único programa decente que puede verse a través de ese canal, es dentro de esta misma categoría: la Lucha Libre AAA, misma que si somos sensatos y poco malinchistas, podremos ver que no le pide nada a la que pasa en el 5*. También es divertidísima para cuando uno quiere olvidarse del mundo y sentirse un niño chiquito. Mi acercamiento a las luchas es algo reciente, pero creo saber de lo que hablo cuando digo que es uno de los espectáculos más grandes del mundo, así que... la conclusión definitiva es que no todo en Televisa es malo, aunque sí, lo admito, debe comer mucho porque hace mucha, muchísima mierda.

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